Guadalajara acogerá la XV edición de las Jornadas de la Asociación de Medicina Estética de Castilla-La Mancha (AMECLM), y como nos ha explicado su presidenta, la Dra. Paloma Tejero, “la medicina estética de hoy tiende a la especialización” y foros como este evento son citas imprescindibles para los profesionales del sector.
Este año es la XV edición de las Jornadas, ¿qué destacaría?
Cumplimos quince años y queremos resaltar la importancia de una medicina estética basada en la evidencia (DBE), el conocimiento y el rigor científico. Una medicina estética que debe ser para todos, pero solo después de que con un correcto diagnóstico se llegue a realizar el mejor tratamiento posible.
El programa es totalmente variado, se puede decir que hay un poco de todo para todos ¿es un reflejo de la actualidad profesional?
La medicina estética de hoy tiende a la especialización. Unos destacan en tratamientos faciales, otros en usos de láser o DBE, algunos se dedican más en profundidad a la obesidad o a tratamientos corporales, pero el paciente ha de ser valorado de una forma integral. Todos los médicos estéticos tenemos la obligación de tener un conocimiento general y específico. Debemos tender cada vez más al trabajo en equipo para lograr responder a las necesidades de los pacientes. Y, en el programa, siempre abordamos un tema monográfico en profundidad. Este año “La Piel Que Nos Envuelve”, que es el órgano más grande de nuestro cuerpo, es la protagonista de nuestro curso pre jornadas.
“Alcanzar el futuro: la medicina estética en nuestras manos”, es el lema elegido en esta ocasión en un gran momento para la profesión, pero ¿cuáles son los límites?
Los límites de la medicina estética son varios. Los primeros, legales. En España sólo puede ejercer como médico estético alguien que acredite formación y realice su actividad en el marco de una U48. No podemos olvidar los límites formativos y de competencias.
El Libro Blanco de la SEME recoge claramente los contenidos de la medicina estética, que son los que deben formar parte de los programas formativos y de la cartera de servicios de nuestras consultas. Y, por supuesto, están los límites éticos y deontológicos de cada uno de nosotros, para hacer sólo aquello que se conoce bien, para lo que nos hemos formado y para lo que tenemos suficiente habilidad.
¿Con este curso monográfico sobre la piel se trata de volver a los inicios?
Siempre hay que recordar, pero no es volver, es avanzar con otra mirada más profunda. Hoy conocemos mucho más sobre la función de la piel, necesitamos avanzar en la importancia de su estructura y función. Podemos mirar a través de ella con dermatoscopia y ecografía, saber cómo funciona, cómo actúan sobre ella los mecanismos inmunológicos, los tratamientos que realizamos, los fármacos, las enfermedades, etc. La piel contiene la huella de todo lo que pasa en nuestro interior y, por supuesto, de todas sus vivencias. Cada vez vamos a oír y saber más del concepto de huella estética. Nuestros tratamientos deben dejar señales positivas, no cicatrices. Buscamos la posibilidad de regenerar mejor que reparar. Aún tenemos mucho camino por recorrer y hay que seguir avanzando.
Debemos conocer cómo envejece la piel, cómo se altera con los agentes externos, las diferencias en hombre y en mujer, los cambios hormonales… Solo conociendo podemos prever y tratar melasma, sequedad o léntigos. O abordar problemas como la eliminación de tatuajes, elaborar protocolos de cosmética específicos para cada necesidad, etc.
El marco legal también tiene una parte importante en el programa ¿en qué momento se encuentra la profesión y cuáles son sus principales problemas?
Desgraciadamente, el reconocimiento de la profesión es un tema en el que nos cuesta avanzar, y en el que cada vez los problemas son mayores: intrusismo no médico, falta de reconocimiento oficial, diversidad de criterios en distintas comunidades autónomas y países… Los médicos, insisto, “los médicos”, no sólo los que trabajamos en el ámbito de la medicina estética, necesitamos estar unidos, necesitamos el apoyo de la Organización Médica Colegial, que los ministerios de Sanidad y Educación se coordinen. Sobre todo, apoyarnos entre nosotros, lograr que se nos escuche y que se oficialice esta realidad que es la medicina estética y que, como medicina, sólo puede ser realizada por médicos. La AMECLM es una asociación fuerte y destacada, quizá en la que se están mirando muchas otras asociaciones regionales que hoy día están tomando fuerza
¿Por qué es importante el asociacionismo regional y qué aporta a los profesionales?
En la pregunta anterior ya hemos hablado de la importancia de la unión y de la diversidad en España en cada comunidad autónoma. Por eso son tan importantes las asociaciones regionales que, bajo el marco común de la SEME, deben estar para mejorar la comunicación entre sus asociados, difundir conocimientos, ayudar a solucionar diferentes problemas, mediar con las instituciones y, por supuesto, interactuar con otras asociaciones en los temas comunes que nos afecten a todos.
Con una enorme actividad docente en su currículum, ¿cómo ve la formación que se está impartiendo hoy en Medicina Estética y qué se le debe exigir?
Cada vez hay más necesidad de conocimiento. Lo que conocíamos como “estudios propios” de una universidad, hoy se llaman estudios de formación permanente: máster, especialista universitario, experto. Debemos exigir que la formación sea reglada. Hay que establecer programas formativos de calidad, con profesorado experimentado, capacidad de transmitir y con una parte práctica presencial importante. No creo posible, y eso debería restringirse, que podamos formar a un médico estético con un curso on-line. La presencialidad para adquirir habilidades debe ser obligatoria. La formación puede ser híbrida: on-line, estudio del propio alumno y, por supuesto, prácticas obligatorias. No olvidemos la cita: “El día que deje de aprender, dejaré de vivir”.