Lejos de la creencia popular de huir de los tratamientos de peeling y láser en verano, la Dra. Arantxa Arana, dermatóloga de la Clínica Dra. Pérez Sevilla, explica el tipo de procedimiento que sí se pueden realizar en esta época del año.
Beneficios del peeling médico
El peeling, conocido también como exfoliación química o dermoabrasión, es un tratamiento estético de rejuvenecimiento facial. Actúa directamente sobre la capa superficial de la piel, produciendo su renovación y limpiándola en profundidad. Además, repone la elasticidad perdida y atenúa las líneas finas y las arrugas. En general, este tratamiento sirve para tratar cicatrices derivadas del acné, manchas pigmentarias, arrugas, queratosis solares y lentigos faciales, cuenta la especialista.
¿Se puede realizar un peeling médico en verano? La respuesta es sí, siempre y cuando se realicen a nivel superficial para renovar la epidermis y lucir un aspecto luminoso, joven y renovado. La dermatóloga asegura que son tratamientos atemporales que se pueden realizar en cualquier época del año. Con su resultado se consigue una mejora del aspecto de la piel con una recuperación muy rápida y mínimos efectos secundarios.
Por el contrario, los peelings más agresivos y profundos se reservan para la temporada de otoño/invierno ya que la exposición solar es menor y la radiación ultravioleta no es tan combativa. Todos aquellos tratamientos que eliminan la epidermis dejando más expuesta una piel nueva, como por ejemplo el láser CO2 de rejuvenecimiento o de tratamiento de cicatrices, la luz pulsada o los peelings medios y profundos, los realizaremos con la llegada del otoño y durante toda temporada de frío.
Láser médico
Un láser produce una quemadura controlada de la piel, de manera que permite su regeneración natural y estimula la dermis aumentando la producción de colágeno y elastina. Hay dos tipos de láser: ablativos y no ablativos. Los primeros eliminan la capa externa de la piel, epidermis, y calientan la piel subyacente, dermis. Este proceso estimula la producción de colágeno, una proteína que mejora la firmeza y la textura de la piel. A medida que la epidermis se cura y vuelve a crecer, la zona tratada se ve más lisa y firme. El láser ablativo incluye: el láser de dióxido de carbono CO2, el láser de erbio y sistemas combinados.
Por su parte, el láser no ablativo coincide en estimular la producción de colágeno. Sin embargo, son menos agresivos, por lo que requieren un tiempo de recuperación más corto. Sin embargo, los resultados son más sutiles. Ambos métodos se pueden aplicar con un láser fraccionado, que deja columnas microscópicas de tejido sin tratar en toda la zona de tratamiento. Los láseres fraccionados se desarrollaron para acortar el tiempo de recuperación y reducir el riesgo de sufrir efectos secundarios, dice la experta.
Las propiedades del láser son muchas y variadas. Por un lado, se produce una mejora en el estado de las cicatrices, tanto postquirúrgicas o queloides como las de acné, contribuyen a la eliminación de las líneas finas y las arrugas y embellecen la textura de la piel. Además, existen láseres específicos para eliminar lesiones vasculares, manchas u otras lesiones cutáneas como los lunares o las verrugas. Además, no afectarán a la piel circundante manteniéndose intacta y disminuyendo el riesgo de dejar marcas o cicatrices.
Láser en verano
Durante la temporada estival, recomienda usar láseres no ablativos como el Q-Switch o el Neo Dimio Yag, usándolos a longitudes de onda específicas para el rejuvenecimiento facial. Lo que permite que no haya ningún tipo de daño de la epidermis y van a producir un calentamiento de la dermis media y profunda de tal manera que va a estimular la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Mejorando la sustancia extracelular toda la piel adquiere densidad, tersura y luminosidad.
También se puede recurrir al láser para eliminar lesiones cutáneas concretas como lunares o verrugas, así como utilizar el láser vascular para quitar puntos de rubí o arañas vasculares, puntualiza la dermatóloga.