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Fragancias culpables de dermatitis de contacto alérgica

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Las fragancias escondidas en los productos de higiene, cosmética y limpieza son responsables de un buen número de dermatitis de contacto alérgica. A pesar de que existe una regulación en Europa sobre el etiquetado obligatorio de 26 fragancias, todavía son muchos los envases en los que solo se menciona la presencia de ‘perfume’. Un estudio español, cuyos datos se han presentado en el I Congreso AEDV Virtual Otoño 2020, ha identificado las fragancias responsables de dermatitis de contacto alérgicas en diferentes grupos de población: mujeres, hombres, niños, jubilados y las zonas más afectadas, como la cara o las manos.

Dermatitis de contacto alérgica

Los autores, dermatólogos de 23 centros hospitalarios y miembros del Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), abogan por un etiquetado completo de los productos, no solo de las 26 fragancias de declaración obligatoria, independientemente de su concentración, lo que permitiría optimizar el diagnóstico de las alergias específicas a sustancias concretas.

La gran mayoría de productos de higiene, cosméticos y del hogar contienen fragancias que hacen más agradable su uso. Sin embargo, estas sustancias olorosas constituyen la segunda causa más frecuente de alergia de contacto, tanto en la población en general (1-4%) como entre los pacientes con dermatitis de contacto (6-14%).

La dermatitis de contacto alérgica es una inflamación mediada por el sistema inmune tras el contacto de un alérgeno con la piel. Se manifiesta con una erupción cutánea que produce picor, piel seca y agrietada, y a veces hinchazón y dolor. Una vez que la persona se ha hecho alérgica a una sustancia, lo será para toda la vida. El diagnóstico se basa en la historia clínica y en la realización de pruebas epicutáneas. El tratamiento empieza por eliminar el contacto con la sustancia causante del problema. Por este motivo, es importante que aparezcan en el etiquetado de los productos de uso cotidiano todos sus componentes.

María José Sánchez Pujol, residente de cuarto año en el Hospital General Universitario de Alicante y primera firmante de este trabajo, señala que el objetivo del trabajo fue “conocer qué fragancia era la más importante en cada grupo estudiado”.

Las fragancias más problemáticas

Los resultados obtenidos muestran que en los hombres (363), la fragancia E. prunastri (un aroma que recuerda a la madera, tierra o algas marinas) fue el alérgeno más frecuente. Por el contrario, en las mujeres (650 testadas) fue el geraniol (que aporta un olor dulce, floral, a rosas) la fragancia en más ocasiones causaba sensibilización.

Entre los niños (28), el principal alérgeno encontrado fue isoeugenol. Sin embargo, en los pacientes jubilados (205) predominó la sensibilización a geraniol y E. prunastri.

Por regiones corporales afectadas, geraniol fue el alérgeno más frecuentemente encontrado en los pacientes con eccema de manos, cara y piernas. Si se concreta en el eccema de piernas, la mayoría de los casos implicaban a alérgenos como geraniol, E. prunastri e isoeugenol. Por el contrario, en los pacientes con eccema de manos predominaron Lyral, geraniol y citral. Del mismo modo, en los casos con eccema de cara, encontramos pacientes sensibilizados a geraniol, a Lyral, y a citral.

Los pacientes con dermatitis ocupacional estaban principalmente sensibilizados a citral, mientras que los pacientes con historia de dermatitis atópica estaban sensibilizados más frecuentemente a Lyral e isoeugenol.

Dónde se encuentran

“Se ha descrito que en las mujeres las fuentes más comunes de sensibilización a fragancias son los perfumes y desodorantes, mientras que en hombres son las lociones aftershave y los desodorantes”, explica el estudio.

El geraniol que fue el alérgeno más común entre el grupo de población mayor de 65 años puede formar parte de la composición de tratamientos tópicos como cremas para úlceras.

Lyral, isoeugenol, y citral fueron los alérgenos más frecuentes en los pacientes con dermatitis atópica y también isoeugenol fue el que más sensibilización generó en niños. “Es probable que isoeugenol en nuestro medio esté presente en productos dirigidos a niños y a atópicos (quizás a concentraciones menores a las necesarias para aparecer de manera obligatoria en el etiquetado)”, explica el artículo.

E. prunastri está presente en el etiquetado de relativamente pocos productos cosméticos, lo cual contrasta con las tasas altas de sensibilización encontradas a este alérgeno. Esta discrepancia ha sido relacionada con la posibilidad de su presencia en concentraciones menores a las necesarias para ser declaradas en múltiples productos. Se ha descrito que la fragancia Evernia prunastri contiene atranol y cloroatranol, dos compuestos que le confieren un poder altamente sensibilizante incluso a muy baja concentración.

Por último, entre los datos a destacar están los alérgenos responsables del eccema de manos, citral y Lyral, que también están implicados en la dermatitis de contacto ocupacional causada por fragancias. “El citral es uno de los componentes más frecuentes de los productos de limpieza domésticos, en los que se busca el aroma a cítrico, de ahí que el contacto directo con estos productos del hogar probablemente está detrás de las altas tasas de sensibilización al citral en los casos de eccema de manos y en las dermatitis de origen ocupacional”, indica el Dr. Silvestre Salvador.