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Las primeras canas en el hombre o el síndrome de Peter Pan

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Según diversos estudios realizados por Just for Men, bajo la dirección de la psicóloga Asunción Mena, “casi tres cuartas partes de los españoles de más de treinta y cinco años declaran tener canas y un 20% de ellos no está satisfecho con ellas”.

En España son más de millón y medio, el 13% de los hombres entre 23 y 65 años, los varones que tienen un 10% o más de canas y que quieren tener un buen aspecto sin demasiado esfuerzo: 1.553.000 españoles que cuidan su apariencia física y que opinan que es importante tener una imagen atractiva.

Es curioso que en una sociedad en la que “los 40 son los nuevos 30”, indica la especialista, “en la que el hombre cuida cada vez más aspectos como su alimentación, su forma física o la apariencia, actuando en ámbitos que hace unos años parecían exclusivos de las mujeres (como la depilación) haya tanta resistencia a tratar esos cabellos blancos que son una muestra visible del paso de los años.

Cuidado de la imagen

“Los 40” se sienten hoy en día de forma muy diferente, se considera que “a esta edad nuestros padres eran mayores, pero nosotros seguimos siendo jóvenes”, se describen como un Peter Pan que no quiere dar el salto a la madurez, sienten que tiene mucho por hacer, mucho por vivir y muchas facetas por realizar.

Se han educado en la metrosexualidad. Los futbolistas, icono masculino, han sido un referente para normalizar muchos hábitos de cuidado personal masculino. Cuidan aspectos como el peso, la piel, la depilación y el cabello (con variedad de productos como mascarillas, serums o productos de fijación) pero en toda esta historia sigue siendo tabú el uso de productos para coloración del cabello por el miedo a “que me pillen” y al “qué dirán”. Contrasta el querer sacar la mejor versión de uno mismo con la reflexión “pueden pensar que me falta seguridad por tratar de ocultar mis canas”, explica.

Miedos y temores

“La imagen que les da el hombre con canas es alguien con sensación de descuido y dejadez, una persona con problemas, estresada, que la vida no le ha tratado bien, salvo cuando las canas son “bien llevadas”. Las canas bien llevadas se perciben como elegantes, pero no es tanto cuestión de lo que tú hagas, sino cómo se dejan llevar ellas y son pocos los afortunados. La mayoría de las veces salen como quieren y no te quedan bien, se concentran donde quieren, es como si tuvieran vida propia…”

Según la psicóloga Asunción Mena, “La decisión de utilizar tinte se vive con auténtico temor, creen que si pasas esa puerta ya no hay marcha atrás. Para estos hombres, el producto ideal sería algo que consiga un resultado natural, evitando tonos artificiales, con efectos progresivos en lo que no se note dramáticamente el antes y el después: un resultado discreto que permita verse mejor sin ser delatado antes los demás. Además, es importante que sea fácil de usar y no añadiera pasos extra a su rutina”, concluye.