Un estudio científico revela que la relación que existen entre la medicina estética y la salud emocional de los pacientes. La investigación, ‘Multimodal Facial Aesthetic Treatment on the Appearance of Aging, Social Confidence, and Psychological Wellbeing: HARMONY Study’, publicada en 2021 en la revista científica Aesthetic Surgery Journal, e impulsada por el Dr. Joel L. Cohen, demuestra que, efectivamente, la medicina estética tiene el potencial de contribuir a mejorar la salud emocional de bienestar de los pacientes.
En concreto, según el citado estudio, los pacientes aseguran haber mejorado tanto su bienestar psicológico (pasando de una puntación de 62.8 a 82.7, sobre una escala de 100), como su confianza social, es decir, sus relaciones sociales y su forma de interactuar en la sociedad (la puntuación mejora, en este caso, de un 62.7 a un 80.9).
Otra de las conclusiones principales que arroja este estudio indica que la percepción que tenían los pacientes sobre su edad mejoró a los 4 meses de someterse a tratamiento médico estético facial. Un 75% aseguró verse más joven frente al espejo, concretamente 6,3 años menos que su edad biológica.
Pero, qué importancia real tiene nuestro aspecto, cómo nos vemos, en nuestro bienestar y equilibrio psicológico. La propia investigación lo analiza en sus antecedentes generales y asegura que “una disparidad entre la edad que las personas pueden sentir internamente y la edad que ven reflejada en el espejo puede ser una fuente de tensión e insatisfacción que aumenta con el tiempo”.
“Estudiar los aspectos psicosociales de los tratamientos médicos estéticos es fundamental y facilita que, tanto los profesionales, como los pacientes, evalúen el beneficio completo del tratamiento al que se van a someter”, sostiene la Dra. Consuelo Barroso, especializada en Medicina Estética y Cirugía Plástica. “Además, en los últimos años se ha reconocido y demostrado que los beneficios de someterse a un tratamiento médico estético se extienden más allá de la apariencia física y afectan a otros planos psicosociales. No obstante, es importante continuar profundizando a nivel científico en este ámbito para conocer el gran potencial que la medicina estética juega y puede seguir jugando en el bienestar emocional de las personas”, añade la experta.
4 de cada 10 españoles se ha realizado algún tratamiento médico-estético
Todo ello tiene su reflejo en la demanda por los tratamientos médico-estéticos poco invasivos, que ha aumentado en un 5,4% en nuestro país desde el año 2016, tal y como señala el Estudio socioeconómico y de penetración del sector de la medicina estética en España realizado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). En concreto, actualmente hay un 35,9% de la población que es usuaria de la medicina estética, concretamente 4 de cada 10 españoles mayores de 26 años recurren a ella.
Los tratamientos más demandados siguen siendo los faciales (56,7%), pero los corporales les siguen de cerca ya que un 20% de la población afirma recurrir tanto a los faciales como a los corporales.
En cuanto al perfil del usuario de medicina estética, el femenino sigue predominando, pero los últimos años han demostrado un aumento en el número de hombres que recurren a ella: dos de cada diez.
Para el Dr. Antonio Carvajal, médico estético la evolución de los procedimientos y tratamientos ha permitido que los pacientes “vean “en nuestras técnicas un medio para conseguir una belleza natural y lograr así la mejor versión de ellos mismos. Ello sin duda contribuye a fortalecer la autoestima, la seguridad y la confianza individual y ello tiene un reflejo en el plano personal y laboral. Vernos bien nos ayuda a sentirnos bien”, subraya el doctor.