Tal y como explica la Dra. Josefina Royo, directora de Instituto Médico Láser (IML), “la cuarentena ha obligado a prescindir de los cuidados médico-estéticos justo en el cambio de estación, que es cuando la piel más los necesita. Una de las preocupaciones más frecuentes es en referencia a la deshidratación facial, producto del vaivén de las emociones y del uso continuado de las pantallas digitales, responsables directas de la sequedad y la falta de brillo en la piel”.
Un protocolo con los siguientes objetivos:
- A nivel profundo: Estimulación del colágeno.
El tratamiento puede realizarse con dos tipos de láser, cuya combinación depende de la madurez cutánea. El objetivo es aplicar suficiente cantidad de energía como para revitalizar la piel mediante la estimulación del colágeno, sin necesidad de recuperación.
Por una parte, un láser sin efecto térmico que trabaja a nivel medio de profundidad, genera microvacuolas intraepiteliales (pequeños espacios intracutáneos que reactivan la piel por efecto fotomecánico) y que inducen la regeneración cutánea, así como la producción de nuevas fibras elásticas y colágenas.
Además un láser no ablativo, crea microcolumnas de coagulación para una reactivación cutánea a mayor profundidad. Gracias a estos micro-canales térmicos de efecto controlado, se estimula la producción de colágeno y elastina, sin necesidad de recuperación.
- A nivel medio: Hidratación intensa.
Mientras el láser se ocupa de la regeneración profunda mediante energía física, la mesoterapia tradicional utiliza la química para aportar principios activos, cuya combinación de ácido hialurónico no reticulado, vitaminas antioxidantes y silicio orgánico, produce los siguientes beneficios:
– Evita la evaporación hídrica de la capa córnea, reteniendo las moléculas de agua.
– Previene el envejecimiento.exfoliación
– Incrementa la densidad de la trama acuosa, sin aportar volumen.
– Mejora el desempeño de las funciones cutáneas.
– Tonifica los tejidos, aumentando elasticidad, densidad y soporte.
– Incrementa la luminosidad y transparencia de la piel.
- A nivel superficial: Renovación de la capa epidérmica.
El protocolo, que va de dentro hacia afuera, finaliza sacando brillo a la superficie mediante una exfoliación suave de la capa córnea, que se realiza con sustancias químicas como el ácido ferúlico. Su aplicación médica a concentraciones de 0.5% permite la regeneración de la epidermis y se traduce en una tez homogénea, más lisa y brillante, de pigmentación uniforme.