Inicio Noticias Nutrición Diferencias e...

Diferencias entre probióticos y prebióticos

Compartir

La farmacéutica Belén Acero explica que los prebióticos y probióticos trabajan en simbiosis para proteger el sistema digestivo, pero también se han incorporado a lo largo de los años en el cuidado de la piel. Siendo su naturaleza y acción muy diferentes, son complementarios. Probióticos y prebióticos permiten restaurar la microbiota intestinal (o flora intestinal), que está compuesta por todos los microorganismos que viven en el intestino delgado y en el colon, cuando este último está desequilibrado. Y es que los períodos largos de estrés, ciertos antibióticos o el consumo de alcohol puede alterar la flora intestinal.

Prebióticos

Los prebióticos son fibras no digeribles derivadas de los carbohidratos de la dieta. Una vez en el cuerpo, los prebióticos ayudan a crear un ambiente ideal para el desarrollo de buenas bacterias. Son como el alimento para los probióticos, explica la farmacéutica.

Los principales prebióticos alimentarios son los galacto-oligosacáridos (GOS), presentes principalmente en productos lácteos fermentados como el yogur, y los fructo-oligosacáridos (FOS), presentes de forma natural en muchas frutas, como la piña, el plátano, los frutos rojos o la manzana; en verduras, como el ajo, la alcachofa, los espárragos o el puerro; y en las legumbres, como las lentejas, los garbanzos o las alubias rojas y negras. Además, para ayudar al organismo también se pueden encontrar prebióticos en forma de suplementos alimenticios.

Probióticos

Los probióticos son las bacterias y levaduras presentes de forma natural en la flora intestinal, que son beneficiosos para el sistema digestivo. Su interés es doble: por un lado, favorecen el desarrollo de buenas bacterias digestivas. Por otro lado, mantienen un equilibrio que hace que el organismo esté más “fuerte” y sea menos susceptible a los patógenos que, además, pueden causar trastornos digestivos como la diarrea, el estreñimiento o el dolor de estómago. Los más conocidos son Lactobacillus y Bifidobacterium: a menudo se agregan a los alimentos, especialmente a los productos lácteos, o están disponibles como suplementos alimenticios.

Los probióticos también están presentes de forma natural en la mayoría de los alimentos fermentados, como pescado fermentado, productos lácteos fermentados, como el queso, el yogur o el kéfir. Por lo tanto, generalmente se recomienda consumir regularmente productos fermentados para el bienestar de la flora intestinal. La levadura de cerveza activa también es una excelente fuente de probióticos.

En conclusión: los probióticos son organismos vivos, como bacterias o levaduras. Mientras que los prebióticos son moléculas que favorecen el desarrollo de determinados microorganismos, finaliza la especialista.