Cada vez más son los pacientes que, viniendo a nuestras consultas solicitando tratamientos estéticos, dan un paso más en el cuidado de su salud y nos preguntan sobre medicina preventiva, medicina regenerativa, antiaging, etc.
Nos encontramos pacientes “aventajados” que ya han oído hablar o han leído artículos sobre ello, pero en general, basta con hablar a un paciente de ciertos tratamientos o chequeos (tests genéticos, tests metabólicos, ozonoterapia, etc.) para darnos cuenta de que estas disciplinas despiertan interés.
Es cierto que el primer punto de encuentro con el paciente, al menos en mi caso, sigue siendo la medicina estética. Y eso está bien, es una buena señal, denota cierta preocupación del paciente por estar bien, sentirse bien, dar buena imagen… trascendiendo el plano meramente estético.
Pero si nos limitamos a esta disciplina, no estaríamos atendiendo o asesorando completamente a nuestros pacientes. ¿De qué sirve conseguir una buena apariencia física fugaz si luego los malos hábitos le llevan a todo lo contrario? Si ampliamos la visión con otras disciplinas y recomendamos la adopción de buenos hábitos alimentarios, del sueño, en la gestión del estrés, en la actividad física, etc., potenciaremos los resultados a la vez que mejoraremos la salud general de nuestros pacientes.
Con este tipo de cuidados, si un paciente necesitara puntualmente un determinado tratamiento médico-estético puede obtener mejor resultado y más duradero con una técnica menos invasiva y/o con un menor número de sesiones, ya que, al mejorar su estado general, su respuesta va a ser mejor y vamos a conseguir una estética más armónica, equilibrada y saludable.
Y es que la evolución del ser humano nos ha dirigido hacia una medicina integral en búsqueda constante de un equilibrio entre salud, bienestar y belleza. Tres diferentes planos que están interconectados y que, por ello, deberíamos integrar en nuestra forma de tratar al paciente. Todo nuestro cuerpo está intercomunicado y el estado interno también se refleja externamente.
Es relevante integrar las diferentes disciplinas en pro de un objetivo común: mejorar la salud y la calidad de vida de cada paciente. Apoyarnos en el antiaging para realizar un estudio integral de cada paciente, poniendo un foco especial en su estrés oxidativo, su edad biológica, el nivel de metales pesados en su organismo, el equilibrio mineral, de oligoelementos, de aminoácidos, hormonales, el estado de su microbiota, su grado de inflamación orgánico… para así llegar al mejor diagnóstico posible. Entonces podremos pautar los tratamientos precisos a cada paciente: dietas aintiinflamatorias, dietas alcalinizantes, regeneración de la flora intestinal, antioxidantes por vía intravenosa u oral, ozonoterapia y/u ozonización de tratamientos, etc.
Es importante también destacar el papel de la medicina regenerativa. Nuestro objetivo debiera ser regenerar los tejidos del paciente sin transformarlos, restituir su salud tanto externa como interna, en definitiva reequilibrar su organismo partiendo de un análisis global de las causas de su enfermedad.
En conclusión, nuestra visión es aplicar una medicina integral para favorecer el equilibrio entre lo fisiológico, lo psicológico, la nutrición y el plano social del paciente. Trascender el plano meramente estético, ser conscientes de que todo suma, que cuidarse por dentro se nota por fuera, que teniendo el organismo en óptimas condiciones los tratamientos médico-estéticos se notan más y el resultado perdura en el tiempo.
Dra. Leire Gorrotxategui
Master en Medicina Estética
Master en Medicina Regenerativa y Antienvejecimiento
Terapeuta Homeópata