El Dr. Javier Moreno Moraga, director general de IML, explica que: “la colocación convencional de la prótesis mamaria tiene pros y contras, cuestiones que hemos resuelto con el Plano Dual, técnica que permite alojar su parte superior debajo del músculo y su parte inferior, encima del mismo. La proyección resultante de este bolsillo multinivel, que libera la parte más voluminosa del implante, consigue una elevación espontánea de la prótesis mamaria mucho más sexy, con areola en la cúspide”.
Colocación biplanar y abordaje de prótesis mamaria
El doctor indica que: “la también llamada disección “Dual Plane”, requiere un profundo conocimiento anatómico y el dominio del abordaje en distintos planos para la colocación de la prótesis mamaria. Esta técnica, que fue inicialmente propuesta y publicada como solución al indeseado “double bouble”, es la elegida en nuestra clínica, ya que tiene todas las ventajas de la implantación subglandular y subpectoral, sin sus inconvenientes”.
– Colocación biplanar independiza el tejido glandular del tejido muscular en función del problema a corregir. Este gesto quirúrgico permite colocar la prótesis de tal manera, que la parte superior queda debajo del pectoral y la inferior, que es la más pesada y voluminosa de la “gota” anatómica, por encima.
– El abordaje que es de 4 cms, se sitúa a nivel submamario. Imperceptible con el paso del tiempo, permite todo tipo de técnica quirúrgica, no altera la sensibilidad del complejo areola-pezón y preserva la integridad de la glándula y sus conductos cara a una futura lactancia.
El Dr. Moraga dice que: “como resultado de la disección “Dual Plane” se produce un efecto espontáneo, que dota al complejo areola pezón de una proyección respingona, mucho más sexy. Aunque sutil, cambia la percepción de este pecho intervenido, cuya prótesis tiene un comportamiento singular en su parte inferior. Liberada de la presión ejercida por el músculo en su parte superior, sufre una expansión ascendente, que reposiciona la areola en la cúspide y evita el efecto indeseado de la “mama en cascada”.
La prótesis
El experto indica que es importante tener en cuenta tanto: “cohesividad, cubierta, forma, volumen y proyección, factores a considerar en la elección de la prótesis, cuyos pros y contras, difieren según los modelos. Las elegidas son prótesis de nueva generación, que se caracterizan por las siguientes ventajas a nivel de resultados y seguridad clínica:
– Nanotexturizadas: con rugosidad de 3,2 micrones y sin productos añadidos en el proceso de texturizado. Son una alternativa a las prótesis de cubierta lisa con más riesgo de contractura capsular y a las de rugosidad clásica, que se han relacionado con ciertos tipos de linfoma.
– Elasticidad máxima: de un gel cohesivo que tiene menor tendencia al rippling (replegado) y carece de dispersión en caso de rotura, tienen una envoltura cuya elasticidad asegura la recuperación de la forma tras la contracción o el estiramiento extremo. Esta característica permite su introducción a través de incisiones más pequeñas, sin riesgo de deformaciones, ya que la memoria del gel recupera el diseño original.
– Viscosidad óptima: asegura un comportamiento ergonómico y natural de la prótesis con los distintos cambios de postura, obteniendo un movimiento natural de la mama al tumbarse (aplanada) y al levantarse (forma de gota).
– Amplia variedad: el amplio catálogo de tamaños y perfiles, permiten un alto grado de personalización, ya que la elección de la prótesis depende de los deseos del paciente, pero también de la altura, peso, morfología corporal y sobre todo, anchura de hombros y caderas, que son los que determinan su volumen. El grado de proyección, que está condicionado por el defecto a corregir, así como la forma redonda o anatómica (en forma de gota), están ampliamente representados.
– Trazabilidad: viene determinada por un chip que permite una lectura digital invivo de la prótesis implantada y sus características.