Después del verano, el Dr. Antonio Ortega, dermatólogo de la Clínica Menorca, indica que “lo primero es volver rápidamente a nuestros cuidados habituales de la piel, muchas veces olvidados durante las vacaciones, limpieza por la mañana y por la noche con limpiadores de pH neutro que no irriten. Agua micelar o un producto específico en gel, crema o loción. Aplicar una crema hidratante adecuada a cada tipología. Dependiendo de la edad, un sérum antes de la crema hidratante para contrarrestar el efecto de los radicales libres. Una vez a la semana una mascarilla regeneradora”.
Según vamos cumpliendo años, cada vez necesitamos más cuidados para mantener la piel en plena forma. La Dra. Beatriz Estébanez, médico estético de Clínica Menorca, hace un repaso a las técnicas post verano más adecuadas a partir de:
30 años. Cuando comienzan a aparecer los primeros signos del envejecimiento y los efectos del verano se traducen en pérdida de luminosidad, deshidratación y líneas de expresión es el momento de empezar con tratamientos reparadores y preventivos:
– Mesoterapia facial con ácido hialurónico no reticulado, no muy denso, con vitaminas y minerales. Nutre y estira la piel, le da un aspecto terso y luminoso y evita la aparición de la flacidez. Para el tratamiento de fotoenvejecimiento contra los problemas provocados por el sol se realiza un peeling previo, de glicólico o láctico, muy hidratante, para preparar la piel, exfoliarla y que la mesoterapia penetre mejor.
– Láser. Para eliminar manchas producidas por el sol como lentigos solares, hiperpigmentación y melasma.
– Para el cuerpo, carboxiterapia para activar la microcirculación sanguínea y linfática y estimular la producción y reorganización de fibras de colágeno y elastina aportando mayor tonicidad y turgencia. Resultados: piel más fresca, renovada, juvenil y luminosa.
40 años. Cuando se empieza a perder firmeza y tonicidad porque se ralentiza la renovación celular y la producción de colágeno, las arrugas son más acusadas y comienzan a aparecer los signos de fatiga en la piel, además de mesoterapia podemos añadir bioestimulación con factores de crecimiento. Los factores de crecimiento son unas proteínas solubles encargadas de transmitir señales a las células, para que éstas empiecen a formar tejido nuevo y para promover el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos. La ventaja es que son autólogos, es decir, del propio paciente, y no producen rechazo.
Es el momento también de empezar con hilos tensores que redensifican y tensan la piel desde dentro hacia fuera. Son reabsorbibles y biocompatibles, y los resultados alcanzan la plenitud a los 3 meses.
50 años. Es la época de los cambios hormonales debido a la menopausia: se pierde elasticidad, la piel se reseca y se vuelve más fina, las arrugas de gesticulación están marcadas y puede ser que aparezca hiperpigmentación. Se deben extremar los cuidados de hidratación y nutrición de la piel y activar la regeneración celular con productos específicos antiedad con vitamina C, y comenzar a utilizar ácido retinoico por las noches.
60 años. El principal problema es la deshidratación, la falta de colágeno y elastina que provocan la aparición de pliegues y arrugas, y las manchas. Hay que extremar los cuidados de la piel; limpieza, hidratación, exfoliación y nutrición. Son muy aconsejables las cremas con ácido retinoico o con ácido glicólico (nutre e hidrata).