La legislación de cosméticos en la Unión Europea ha propuesto que se reduzcan las concentraciones de retinol y de otras moléculas, como el ácido kójico y la arbutina.
El objetivo de esta medida es regular su uso, ya que a menudo se observan concentraciones más altas en cualquier canal de venta, y dicha utilización, sobre todo a estas altas concentraciones, debe estar indicado por el especialista de la piel, que es el dermatólogo. Por ello, en el borrador que se está preparando, su empleo con fines cosméticos queda limitado al 0,3% para productos faciales y al 0,05% para los corporales.
Como asegura el Dr. Miguel Sánchez Viera, dermatólogo y coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la Academia Española de Dermatología: “No existe ningún problema y este derivado de la vitamina A cuenta con un gran respaldo científico, habiendo demostrado su eficacia como antiarrugas, renovadora de la piel, para tratar el acné, el fotoenvejecimiento y otros problemas cutáneos. Sin embargo, a grandes concentraciones, mal utilizado y no pautado por un especialista, podría irritar la piel, de ahí la importancia de su regulación”.
Encontrarás la noticia completa en: Nº 62 Revista bellezaMÉDICA.