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Las técnicas infiltrativas hacen frente al envejecimiento

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La dermatología estética ofrece alternativas como son las técnicas infiltrativas que dejan de lado el quirófano sin mermar los resultados.  “Con los años, nuestro rostro muestra cambios anatómicos permanentes, similares a los que observaríamos en los estados de cansancio, tristeza, enfado o flacidez. En nuestra mano está el mostrar a nuestros pacientes todas las opciones que tenemos en dermatología estética para abordar estas necesidades desde la salud y la naturalidad. Una de las que más se utiliza por el gran resultado que genera, son las nuevas técnicas infiltrativas con ácido hialurónico de última generación”, señala el Dr. Agustín Viera Ramírez, coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y especialista de la Clínica Canarias Dermatológica de Las Palmas de Gran Canaria.

Técnicas infiltrativas y ácido hialurónico

La sustancia estrella que se emplea en estas técnicas infiltrativas es el ácido hialurónico, presente de forma natural en la piel y otros tejidos del cuerpo humano. Se trata de un polisacárido del grupo de los glucosaminoglicanos que se empezó a sintetizar a mediados del siglo XX con diferentes fines médicos. Entre sus propiedades, está la de retener grandes cantidades de agua y contrarrestar la formación de arrugas, generar la formación de colágeno y modificar la morfología de los fibroblastos.

Minimizar riesgos recurriendo a especialistas

La Dra. Sara Carrasco Sánchez destaca la importancia de elegir ponerse en manos de un buen profesional: “a nuestras consultas llegan personas que, tras someterse a una técnica antienvejecimiento elegida más por el coste que por otro motivo, presentan infecciones, daños vasculares o descontento en general con el resultado. Cuando tienen estos problemas es cuando buscan el profesional de referencia”.

Indicaciones

Existen diferentes tipos de ácidos hialurónicos con distintas densidades y fortalezas, algunos se usan en cremas y muchos otros en inyectables. En función de sus propiedades, los dermatólogos los utilizan para unos fines u otros: “algunos nos sirven para corregir estructuras, por ejemplo, modificar un mentón pequeño, la forma de una nariz o resaltar pómulos, sin cirugía, sólo con ácido hialurónico. Otros tipos se utilizan para borrar cicatrices, atenuar ojeras, elevar cejas, rellenar surcos y arrugas profundas, e incluso prevenir los signos del envejecimiento, ya que se utiliza como elemento de sostén para luchar contra la caída de los tejidos”.