Dermatólogos de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) lanzan un mensaje de calma en cuanto a los peligros de las lámparas de manicura. El auge de las manicuras permanentes, uñas acrílicas o de gel ha generado cierta desconfianza en torno a los dispositivos lumínicos que se utilizan para el secado de los productos que se aplican en las uñas, ya que la radiación ultravioleta A es un conocido carcinógeno asociado a la aparición de cáncer cutáneo, y esta es, precisamente, la luz que utilizan las lámparas de secado en las que introducen sus manos las usuarias y usuarios de estas prácticas estéticas de moda.
De todo ello y, concretamente, de la preocupación sobre si este incremento de radiación UVA podría traducirse en un aumento de la incidencia de cáncer cutáneo se debatió en la 37ª Reunión Nacional del Grupo Español de Fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) celebrada la pasada semana.
“Estudios de fotobiología previos a estas polémicas encuentran resultados diversos, desde aquellos que no identifican un aumento del riesgo de cáncer a los que muestran que una exposición de 20 minutos a estas lámparas dio lugar a alteraciones en el ADN en células cutáneas cultivadas en laboratorio”, explicó el Dr. José Aguilera, coordinador del Grupo Español de Fotobiología (GEF) de la AEDV.
Siguiendo esta línea, los investigadores pertenecientes al GEF han medido en laboratorio la intensidad de UVA que emiten este tipo de equipos resultando en una intensidad de UVA bastante alta. No obstante, como indicó el doctor, “la realidad es bien distinta”, ya que, tras la consulta de la literatura, así como en centros dedicados a la realización de uñas de gel, “se confirma que el tiempo de secado no supera en ningún caso los dos minutos de exposición”.
Por tanto, todo indica que la cantidad de radiación acumulada en ese tiempo que le llega realmente a una persona que se está realizando una de estas manicuras es de seis a ocho veces menos de la obtenida bajo el sol en un día de verano que pudiese dar lugar a algún tipo de daño en la piel.
Por otro lado, el especialista también ha creyó conveniente aclarar que, “actualmente las lámparas que se utilizan en los centros de belleza también son leds de UV, de manera que se sustituye la luz fluorescente que había anteriormente por leds de UVA con espectro de emisión similar”.