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La juventud en las manos

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El Dr. Moisés Martín Anaya es cirujano plástico y director de la clínica que lleva su nombre: “La manzana, cuando se deshidrata, se arruga. Esto es lo que les ocurre a las manos en torno a los cuarenta años, cuando el descenso de la producción orgánica de colágeno en las manos se ve reducido a la mitad, ya que a esta edad retenemos la mitad de agua en la piel. La deshidratación de las manos, junto a la pérdida de volumen de los tejidos deja ver las venas y los tendones, además de producir arrugas en una piel, ya de por sí muy fina y expuesta a los agentes externos. El trabajo manual, la manipulación de sustancias y productos, además de la exposición al sol, añaden marcas y, sobre todo, manchas de las manos.

Como resultado final, se observa una mano envejecida que, en muchas ocasiones, no guarda concordancia estética alguna con el rostro, ya que ni los usuarios de la cosmética, ni los pacientes de estética le prestan la atención que necesita a esta parte del cuerpo, pero las manos son como una carta de presentación y si queremos transmitir una buena imagen tenemos que darles la importancia que merecen.

Y es necesario hacerlo en estas circunstancias de pandemia. La sistemática exposición a geles desinfectantes y el continuo y minucioso lavado están produciendo descamaciones, alergias y deshidratación continuada en las manos. El agua caliente, que se presume más eficaz contra el virus, favorece la sequedad y la irritación. También el talco que lleva la goma de los guantes puede producir algunos síntomas dermatológicos. Muy necesario es secarlas muy bien porque la humedad es uno de los factores más negativos. Contra las grietas y la tirantez, la glicerina es una buena solución porque retiene más agua.

Tratamientos para las manos

Injerto graso. Es la solución más completa, porque las células madre del injerto (extraído de otra zona del cuerpo del paciente), no sólo mejoran el aspecto exterior, sino que regeneran los tejidos. Aporta mayor volumen y mejora la textura. Rápido y eficaz, en apenas media hora, la grasa prende enseguida y el resultado se prolonga, por lo general, durante un año, aunque, como siempre, cada caso es personalizado.

Peeling de tricoloroacético. Consiste en la aplicación de un producto tiempo-dependiente, lo que significa para el paciente que a partir del medio minuto de su aplicación es necesario neutralizarlo con un líquido de base alcalina para evitar que le pique. La zona se enrojece durante unas horas, pero al día siguiente está en perfectas condiciones y con un tono homogeneizado.

Ácido hialurónico. Resulta muy eficaz porque su función principal es la hidratación por su elevada composición hídrica. Una sesión de mesoterapia con pequeñas microinyecciones en el dorso de la mano disimula las arrugas y aporta un aspecto rejuvenecido. La reposición del producto es más corta que con la grasa. A los seis meses puede hacerse necesaria otra visita a la clínica.

Tratamientos con láser. Existen diferentes tipos de láser, pero la base de acción es la aplicación de corrientes de luz en la zona de alta intensidad en un tiempo breve. Según el estado de las manos, se precisará de un distinto número de sesiones. En los días posteriores,

se debe proteger el área tratada con cremas de protección solar de factor muy alto.

La utilización de un láser u otro tiene que ver con la acción de su longitud de onda con la que, mediante el calor, consigue atacar una determinada diana, en este caso el tejido de la mancha. Se emplea en lesiones de poco tamaño y profundidad.

Todos estos tratamientos no tienen contraindicaciones importantes ni dan lugar a reacciones

alérgicas de relevancia.