La Dra. Eugenia Prieto, médico estético, explica que, las arrugas aparecen por el envejecimiento cronológico y además existen otros factores unidos intrínsecamente a nuestra existencia: la exposición solar que reduce la producción de colágeno y elastina, el tabaco que disminuye el colágeno y su flexibilidad y una alimentación poco equilibrada sumada a un ritmo de vida frenético, con sueño deficiente y estrés, tampoco ayudan.
La genética tiene un papel importante: en la forma de arrugarse influye el tipo de piel o las estructuras óseas faciales, al igual que existe la tendencia familiar a tener manchas, ojeras o bolsas. También existen los factores de tipo hormonal, tales como el embarazo o la menopausia. Otras arrugas se forman porque realizamos expresiones faciales repetitivas y, por último, la falta de cuidado cosmético repercute en más arrugas.
Tipos de arrugas y cómo ayudar a reducirlas con ácido hialurónico
La Dra. Prieto puntualiza que no podemos quitar todas las arrugas porque estamos vivos y la cara tiene que moverse para expresar. Con los tratamientos médico estéticos mejoramos la calidad de la piel y logramos un aspecto de descanso, mejor humor, menor tristeza. Si nos vemos bien, nos sentimos mejor y eso se transmite, sentencia.
– Arrugas de expresión: Se ven si gesticulamos y desaparecen cuando relajamos. Se forman cuando, al usar un determinado músculo facial, se forma un surco bajo la superficie de la piel. Se pueden tratar con aplicación de ácido hialurónico que relajan el músculo.
– Arrugas estáticas: Al envejecer, la piel pierde flexibilidad y ya no recupera su forma inicial, quedando una línea que después se convierte en un surco y, finalmente, en una cicatriz profunda. Se ven aunque no gesticulemos. A veces son verticales, por la postura al dormir. Se pueden tratar con ácido hialurónico, levantando la piel para que no siga profundizando.
– Arrugas gravitatorias: Aparecen con la edad o bajada de peso; los volúmenes se pierden al disminuir la grasa de la zona de la mejilla y de la zona temporal, también por la reabsorción de las zonas óseas (pómulo, mentón, mandíbula), por la pérdida de tensión de los ligamentos y por la flacidez de la piel. Se pueden tratar con ácido hialurónico, buscando aportar el volumen perdido, dando tensión a la piel.