La Dra. Cristina Schepers, responsable de la Unidad de Dermatología de Clínica Planas recomienda que, antes de exponerse al sol durante el verano, se eliminen todas las impurezas mediante una exfoliación facial y corporal suave. Con la piel limpia los productos actúan de forma más profunda y la piel responde mejor ante el sol y las agresiones externas.
Antioxidantes naturales
La experta recomienda que “se modere el consumo de carnes y se aumente el de frutas y verduras, ricas en vitaminas como la A, C y E y antioxidantes como la astaxantina, el glutation y el licopeno.
La vitamina E tiene un papel fundamental en el cuidado de la piel. Previene la degeneración celular, ayuda en el proceso regenerativo en caso de cicatrices y acné y contribuye al aumento del flujo sanguíneo de la piel. Hay que recordar que la vitamina E siempre debe tomarse en su forma natural y acompañado de vitamina C”, indica.
Preparar la piel para el sol
Una buena forma de reducir el impacto negativo de los rayos ultravioletas es realizar tratamientos que preparen la piel de cara a las primeras exposiciones solares.
En este sentido se recomienda realizar un tratamiento de Bioestimulación Lumínica de baja intensidad que reduce la respuesta inflamatoria de los rayos ultravioleta sobre la piel. Tal y como comenta la Dra. Schepers “este tipo de tratamiento estimula las funciones energéticas de las células produciendo un aumento en la creación de colágeno y elastina asi como una regulación en el funcionamiento de los melanocitos y de las células epidérmicas y dérmicas. Como resultado, obtenemos un fortalecimiento de las defensas frente a la radiación UV que equivale a una protección solar del 15 de forma duradera”.
Hidratación
La hidratación es un factor muy importante a la hora de tomar el sol. No sólo debemos hidratar el cuerpo mediante la alimentación y la bebida sino que también debemos aplicar en la piel cremas y aceites hidratantes que ayuden a recuperar la humedad perdida. Gracias a ello combatimos el envejecimiento de las células de la piel y conseguimos que se recuperen tras la agresión del sol. Asimismo, debemos tomar suficientes grasas buenas, omega 3, para recuperar el manto lipídico cutáneo y las membranas celulares. Estas se encuentran en las nueces, los aguacates y los pescados azules como las sardinas, los boquerones y el salmón.
Usar fotoprotector adecuado
Para defender nuestra piel de los rayos ultravioleta, debemos utilizar un factor de protección adecuado al tipo de piel y a las condiciones de exposición solar, y aplicarlo de forma correcta, es decir, 10 minutos antes de la exposición y repetir el proceso cada 2 ó 3 horas, especialmente tras el baño. Se recomienda usar como mínimo uno de 15 FPS en invierno y del 50+ en verano.
Realizar una exposición progresiva
Por último, es importante seguir unas pautas adecuadas cuando tomemos el sol. En primer lugar debemos exponer la piel al sol de forma progresiva, en sesiones cortas durante los primeros días y evitar, en la medida de lo posible, exponer la piel cuando la luz ultravioleta es más intensa: de 12h a 16h.