“La Rosácea es un trastorno vascular de base, que se manifiesta a nivel cutáneo con arañas vasculares y/o lesiones similares al acné”, según indican los dermatólogos de Instituto Médico Láser (IML), “es una afección inflamatoria de la piel que se localiza en la región centro-facial, cursando con rubor transitorio o permanente. En su evolución puede presentar pústulas y pápulas de aparición intermitente”.
Tipos de Rosácea
“Existen diversos tipos de Rosácea, según su gravedad. En su evolución -explican los doctores – podemos encontrar el tipo eritematoso con rojez y capilares dilatados, el tipo pápulo-pustular con pápulas y pústulas, el tipo ocular que afecta a los ojos y la Rosácea fimatosa, que cursa con engrosamiento cutáneo.
Origen y factores desencadenantes
“El origen de la Rosácea no se comprende por completo. Se considera un problema multifactorial, por una reactividad exagerada de los vasos sanguíneos en el rostro. Se ha relacionado con la exposición crónica a temperaturas extremas, con el ejercicio y con el consumo de alcohol, factores todos ellos de acción vasodilatadora.
La presencia de Helicobacter Pylori en la mucosa del estómago entra así mismo, dentro de las causas posibles.
Y aunque no se conoce bien la relación con el estrés, la Rosácea es común en pacientes con estilo de vida ajetreado, preocupaciones o poco descanso. Lo acusan con más síntomas y periodos de empeoramiento.
De igual modo, el sistema inmunitario es uno de los factores a considerar dentro de la cascada de alteraciones que la producen, entre los que se encuentran otros como la infección y los agentes mediadores de la vasodilatación.
Tratamiento multifactorial
“El abordaje clásico de la Rosácea combina antibióticos por vía oral, preparaciones sulfuradas, metronidazol y ácido retinoico, entre otros. Aunque no tiene solución definitiva -aclaran los expertos- se puede mejorar y reducir el número de brotes mediante tratamientos combinados de toxina botulínica y láser, que se conjugan con medicamentos tradicionales, si fuera necesario.
La toxina botulínica parece inhibir los mediadores de la inflamación producidos por los mastocitos, que cumplen un papel fundamental en el desarrollo de la Rosácea. Entre otros factores quimiotácticos, son mediadores como la histamina y enzimas proteolíticas como la kininogenasa, que generan vasodilatación y permeabilidad vascular. La toxina es un plus que se administra en suave concentración y número variable de sesiones (entre 1 y 4).
Además se utiliza un láser vascular de doble emisión que elimina las rojeces, al coagular los capilares dilatados que las originan. Entre 1 y 4 sesiones, espaciadas cada mes y medio, son suficientes para borrar incluso los vasos más finos. Se recomienda el láser ablativo y fraccional de CO2 para eliminar el engrosamiento de la piel en la nariz que caracteriza a la Rosácea Fimatosa. Solo se requiere una sesión para rebajar los bultos característicos y la dilatación exagerada de los poros”.