“El tratamiento con Plasma Rico en Factores de Crecimiento”, indica la doctora Ana María Téllez, especialista en medicina estética, “es una de las estrellas de los tratamientos antiaging para el rejuvenecimiento facial. Una novedosa técnica que permite aislar y utilizar los factores de crecimiento (proteínas) presentes en la sangre del propio paciente para potenciar, acelerar y estimular la regeneración de los tejidos.
Se produce de esta manera una atenuación de las arrugas y un aumento del grosor y tersura de la piel logrando un aspecto más joven.
El tratamiento no solo se utiliza en estética. Obtiene resultados muy celebrados en tratamientos de regeneración de lesiones en articulaciones, artrosis, y en otras dolencias que requieren la reparación de tejidos dañados e, incluso, puede llegar a evitar cirugías y colocación de prótesis”.
Plasma rico en factores de crecimiento
Explica la experta que, “antes de cada sesión de PRGF es necesario efectuar una limpieza de la zona a tratar y aplicación de crema anestésica o frío local. Para la obtención del plasma rico en factores de crecimiento se realiza una extracción de un pequeño volumen de sangre del paciente (de 2 a 8 ml) y se separan las fracciones plasmáticas mediante centrifugación controlada.
Como resultado de este proceso la sangre se divide en tres fracciones:
– Plasma rico en plaquetas
– Plasma pobre en plaquetas
– Tapón de fibrina
A continuación se inyecta el plasma rico en factores de crecimiento en la piel de cara, escote, cuello y dorso de las manos para estimular su regeneración. Una vez finalizado el tratamiento se puede volver a retomar la actividad normal inmediatamente”.
La Dra. Téllez se utilizan también las otras dos fracciones del plasma, “con el tapón de fibrina masajeamos levemente la cara y con el plasma pobre en plaquetas preparamos un serum de vitamina C que se le da al paciente para que se lo aplique los días posteriores”.
Resultados:
“Después de cada sesión con PRGF”, indica la Dra. “durante unos días, se produce una ligera turgencia de la piel con un discreto efecto lifting. Los resultados comienzan a apreciarse a las 24 horas, son progresivos y con cada sesión se evidencia más la atenuación de arrugas y el aumento de la tersura de la piel. Es un tratamiento que se puede aplicar a partir de los 35 años, a nivel preventivo, para ralentizar el proceso de envejecimiento y a partir de los 45 años con fines regenerativos y correctivos”.