“Es innegable que la demanda de tratamientos estéticos masculinos se encuentra al alza, fundamentalmente en los hombres que oscilan entre los 40 y los 55 años, aunque hay muchos que empiezan en torno a los 30 años, para tratar patologías como el acné o bien para realizarse trasplantes capilares, una intervención cada vez más solicitada en el país debido a que casi el 50% de los españoles padece actualmente alopecia, siendo hasta en el 90% de los casos de carácter androgénico, con un alto componente hereditario. Además, eliminar las arrugas de expresión, las patas de gallo, conseguir una piel más tersa y rejuvenecida o tener una mirada más descansada son otras de las preocupaciones que los hombres tienen hoy en día y en lo que se enfocan a la hora de realizarse sus tratamientos estéticos “, explica la Dra. Cristina Chacón, médico estético y CEO del centro CCH Privé de Madrid.
Este contexto ha llevado a que la población masculina apueste, cada vez más, por diferentes tratamientos capilares, faciales o corporales, hasta llegar a representar el 28,2% de las intervenciones estéticas en España, un 6% más que en 2021. Los tratamientos estéticos faciales han cobrado especial relevancia en el transcurso de estos años, englobando, según datos recientes de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el 18,1% de los procedimientos masculinos en total. Algunos de estos tratamientos se basan en la eliminación de bolsas y ojeras, uno de los mayores problemas estéticos a los que se suelen enfrentar los hombres, siendo muy demandado por pacientes de entre 30 y 40 años. De esta forma, a través de la infiltración de ácido hialurónico con microinyecciones en la zona de debajo del ojo, se consigue rejuvenecer, iluminar y aportar naturalidad a la mirada, obteniendo resultados inmediatos tras una o dos sesiones.
Otra de las técnicas faciales más solicitadas entre los hombres en esa misma franja de edad es la eliminación de arrugas mediante toxina botulínica, una técnica pensada para corregir las líneas de expresión en el entrecejo y alrededor de los ojos causadas por el estrés, el cansancio o el paso del tiempo. Sin embargo, a partir de los 40 años, los hombres comienzan a experimentar flacidez facial en zonas como la papada, la mandíbula o los surcos nasogenianos, ya que las fibras de colágeno y elastina disminuyen con el paso del tiempo. Por ello, cada vez es más común la apuesta por tratamientos para lograr un rejuvenecimiento del rostro, cuyo fin es el de estimular la formación de colágeno, mejorando el tono y elasticidad de la piel, recuperando luminosidad, eliminando las manchas del rostro y disminuyendo el tamaño de los poros.
“La piel de los hombres llega a ser hasta un 25% más gruesa que la de las mujeres, debido a los andrógenos, que aumentan la actividad de las glándulas sebáceas, provocando una mayor producción de sebo que hace que la piel en estos casos sea principalmente grasa o mixta. Asimismo, los hombres tienen una mayor concentración de vasos sanguíneos en la cara y, por otro lado, éstos disponen de una mayor cantidad de colágeno, que es el responsable de la elasticidad de la piel, y esto hace que envejezcan más lentamente que las mujeres, aunque sus arrugas serán mucho más profundas que las femeninas”, detalla a este respecto la medico estético.
Tratamientos corporales
En lo que a procedimientos corporales se refiere, cabe recalcar que, en la actualidad, muchos hombres deciden combinar la dieta y el ejercicio con tratamientos enfocados en reducir la grasa abdominal, siendo este uno de los más demandados entre el público masculino, especialmente en esta época estival. Así, esta técnica no invasiva, consiste en estimular y succionar los tejidos mediante unos rodillos que consiguen liberar la grasa que se encuentra adherida a la piel, consiguiendo reducir la celulitis localizada, disminuir la retención de líquidos y mejorar la circulación.
La caída del cabello, por su parte, es otra de las principales preocupaciones de los hombres en relación a su aspecto físico, ya que, incluso, muchos sufren problemas de alopecia desde una edad temprana, llegando a experimentar calvicie prematura, un tipo de pérdida de pelo promovida, fundamentalmente, por causas genéticas. “Para frenar esta caída, existen varios tratamientos capilares no quirúrgicos muy demandados en la actualidad, como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y el tratamiento infiltrado de dutasteride, a los que se puede recurrir para aumentar la densidad y el volumen del pelo, además de para favorecer el nacimiento de cabello nuevo. Será fundamental acudir a un especialista que trate cada caso individualmente y que determine qué procedimiento es más adecuado en cada paciente para frenar la pérdida capilar”, señala la doctora.