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    Prevenir las complicaciones y asumir la responsabilidad

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    1 – ¿Cómo se deben prevenir complicaciones o efectos no deseados?

    2 – ¿Cómo actuar cuando se presentan?

    3 – ¿Qué es lo que nunca se debe hacer?

    Dra. Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME)

    1- Contando con la formación y el conocimiento (evidencia científica) por parte del médico, de la técnica y las bases clínicas del tratamiento que va a realizar, en el caso de utilizar productos o equipos debe conocer y tener experiencia con ellos. Y por supuesto, seguir los protocolos adecuados a la técnica.

    2- Analizar la causa de su aparición. Después, hacer un diagnóstico del efecto adverso (clínica y pruebas complementarias). Si es a un medicamento o producto sanitario notificarlo a la AEMPS, laboratorio y al servicio de Farmacovigilancia de la SEME. Seguir los protocolos adecuados al tratamiento de ese efecto secundario, y si no tenemos experiencia en el manejo de ese efecto adverso consultar o derivarlos a compañeros expertos.

    3- Nunca se debe restar importancia a su aparición o negárselo al paciente. No se deben realizar tratamientos sin previamente haberse formado en el manejo de sus posibles efectos adversos (o tener con-tacto con un experto, por si aparecen) y no se debe intentar solucionarlos sin saber.

    Dr. Ramón Calderón, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE)

    1- Lo primero hacer una buena indicación a la hora de entrar en quirófano siendo prudentes. Si es posible, limitar el tiempo de las operaciones, ser cautelosos ante determinados procedimientos combinados y manejar de manera precisa las medidas para evitar trombos o embolias siguiendo los protocolos.

    Una norma básica, que haya solamente un aneste-sista para cada paciente en el quirófano, va contra ley compartirlo para varios quirófanos y es una práctica que se realiza mucho más frecuentemente de lo que los pacientes creen. Los cuidados del paciente después de la operación son importantes, siendo la sala de reanimación el lugar idóneo para que éste vaya despertando de la anestesia.

    2- Actuar con rapidez en la toma de decisiones. Debemos realizar las pruebas diagnósticas de manera temprana y trabajar coordinadamente con otras especialidades orientando al paciente en la buena dirección, lo antes posible.

    3-Negar la realidad. Tanto el cirujano plástico como el paciente deben ser conscientes de la seriedad de todo proceso quirúrgico y aunque es muy improbable, las complicaciones pueden darse.

    Dr. César Arroyo, presidente de la Sociedad Española de Ginecología Estética, Regenerativa y Funcional (SEGERF)

    1-Sin duda la primera medida es la formación del profesional en el uso del dispositivo o técnica que va a emplear. En el caso del uso de dispositivos basados en la energía es imprescindible que tengan la acreditación (marcaje CE) para el procedimiento genitourinario. Cualquier láser que esté acreditado para tratamientos dermatológicos no está en disposición de ser utilizado en el área genital, por lo que se debe exigir, y esa es responsabilidad del profesional, la acreditación correspondiente. Además, se tiene que seleccionar adecuadamente el caso que vamos a tratar, no es un “café para todos”. Como todo en medicina debemos adecuar los parámetros y el procedimiento a cada tejido que estará condicionado por los signos de la edad y las características biológicas que el profesional debe conocer.

    2- Aunque parezca una obviedad, evitar la progresión de cualquier evento negativo sea secundario o colateral. En el caso de una quemadura ésta debe ser supervisada hasta su restitución completa con el tratamiento apropiado.

    3- Nunca hacer un tratamiento sin una escrupulosa valoración del tejido y de la condición integral de la paciente que vamos a tratar. Un dispositivo tiene unos márgenes de seguridad imprescindibles que el facultativo debe conocer. Hay que huir de hacer pro-cedimientos basados únicamente en el protocolo, si bien estos son orientativos.

    Dr. Agustín Viera, coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la AEDV

    1-En estética médico-quirúrgica me gusta diferenciar entre efecto no deseado y complicaciones. Los efectos no deseados suelen ser secundarios a un incorrecto diagnóstico y las complicaciones, posteriores a un procedimiento o tratamiento. Los primeros pueden ser evitados, mientras los segundos pueden no ser debidos a una mala realización de la técnica sino a características del paciente. Los efectos no deseados o incorrectos diagnósticos pueden originarse por:

    a) No ser conscientes de que hay manifestacio-nes cutáneas que pueden ser secundarias a procesos internos como el exceso de pelo o alopecia en tras-tornos hormonales o el enrojecimiento facial en procesos autoinmunes. La formación MIR de 4 años del dermatólogo es esencial.

    b) No diagnosticar de forma precoz lesiones cutáneas que son pre-cáncer o cáncer cutáneo. El dermatólogo utiliza la epiluminiscencia o dermatoscopia como prueba diagnóstica altamente específica, antes de eliminar cualquier lesión cutánea. Se precisa una formación muy específica para ello.

    c) No considerar realizar una ecografía antes de realizar un relleno facial con cualquier sustancia (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, policaprolac-tona, ácido poliláctico), que nos ayuda a delimitar el plano anatómico dónde infiltrar, la existencia y tipo de rellenos previos, visualizar vasos sanguíneos para conocer su recorrido exacto y evitar su punción y las importantes complicaciones que ello conlleva.

    2- Las complicaciones se deben abordar siempre desde dos puntos de vista: el del paciente, que debe sentirse seguido, cuidado y tratado y, en segundo lugar, desde la visión clínica. Los dermatólogos nos formamos, no sólo en la correcta realización de la técnica sino en el manejo de los efectos secundarios posibles.