Según explica la Dra. Daniela Carranza, odontóloga y codirectora de la clínica dental Instituto Profesor Sada, “hace un tiempo que recibimos pacientes jóvenes (18-27 años) cuyo motivo de consulta es la demanda originada por las cantantes y celebrities americanas de los accesorios aptos para las piezas dentales, idea de un nuevo canon de belleza. Estas coberturas decorativas suelen estar hechas de oro, plata e incluso metales preciosos fundidos con joyas. Estas joyas también llamadas “Bling Bling” (término onomatopéyico que hace una joya al brillar) han sido el nuevo capricho de muchas firmas de lujo”.
La especialista advierte que, “su colocación suele ser temporal, desprendible pero ya son muchos quienes han optado por convertir este cambio en algo permanente. Es fundamental comprender que está última tendencia debe ser realizada por profesionales cualificados tanto en salud bucal como en estética dental.
No sirve cualquier joya dental, normalmente podemos identificarlas por su precio, pues muchas de ellas si no han pasado los necesarios controles y normativas odontológicas, pueden llegar a ocasionar enfermedades, infecciones, alergias…
Es importante entender que la colocación de joyas dentales puede limitar la capacidad de realizar una mordida completa causando lesiones en los músculos faciales y la ATM, es decir, el paciente podrá sufrir dolores de cabeza, rechinado de dientes, es decir, provocar bruxismo.
Además, continúa diciendo, “es importante dejar una distancia entre la joya y la encía ya que esta puede verse erosionada e irritada dando lugar a una enfermedad gingival y pérdida ósea. La calidad de la higiene bucal se verá reducida ya que los residuos alimenticios pueden quedar atrapados, dando lugar a caries debido a esa una acumulación de bacterias entre los grills y los dientes”.