Se calcula que entre un 15 y un 20% de la población desarrollará alguna intolerancia alimentaria en algún momento de su vida. Por ello, Dra. Nadia Chahri, especialista en Aparato Digestivo de Clínica Planas, recomienda que “ante la sospecha de que algún alimento no nos sienta bien hay que acudir a un especialista médico para llegar a un diagnóstico certero. Las pruebas más recomendadas, además de un estudio analítico que incluya los parámetros nutricionales, son:
– Los test de aliento para lactosa, fructosa o sorbitol (un azúcar alcohol que se encuentra en algunas frutas y se utiliza como edulcorante).
– El estudio de enfermedad celíaca mediante serología específica (constatar la presencia de anticuerpos de celiaquía en sangre).
– Además, también es importante complementar la información con un estudio genético y endoscópico si su médico lo cree conveniente”.
Más intolerantes que alérgicos
Indica la especialista que, “hay que diferenciar entre una intolerancia alimentaria y una alergia. La intolerancia alimentaria es una reacción adversa o desfavorable que experimenta nuestro organismo tras la ingestión de un alimento determinado, sin que exista participación del sistema inmunitario, a diferencia de lo que sucede en la alergia alimentaria.
Las intolerancias alimentarias son entre 5 y 10 veces más frecuentes que las alergias alimentarias y existen diferentes subtipos, en función de si existe un déficit enzimático que dificulta la digestión de un alimento o si, por el contrario, existe una liberación de aminas vasoactivas desencadenada por la ingesta de un determinado tipo de alimento que conduciría a la aparición de reacciones clínicas gastrointestinales y neurálgicas”.
La Dra. Nadia Chahri recomienda: “evitar las dietas de exclusión alimentaria sin haber realizado un diagnóstico adecuado de posibles intolerancias, puesto que una dieta restrictiva sin indicación médica podría conducirnos a tener déficits nutricionales graves, así como dificultar el diagnóstico de enfermedades como el de la enfermedad celíaca o una enfermedad inflamatoria intestinal”, concluye la doctora.