La zona periorbitaria es una de las que más sufre el envejecimiento cutáneo por ser una de las pieles más finas, además de ser una de las zonas que más suele preocuparnos. “Laxitud de piel, bolsas, arrugas y aspecto de cansancio en la región periorbital, son algunos de los motivos por los que un paciente se somete a un tratamiento en la zona periorbital para recuperar la luminosidad, la frescura y un aspecto más joven”, afirma el Dr. Giovanni Bistoni, cirujano plástico.
“Las arrugas periorbitales, la aparición de bolsas o edemas (conocidos como festones malares), son algunos de los problemas que podemos solucionar con la nueva generación de radiofrecuencias subdérmicas”, igualmente afirma la Dra. Pilar de Frutos, cirujana plástica y estética. “A partir de 40-45 años, el rostro empieza a cambiar y a acusar el envejecimiento facial. Por suerte, aún no hay un exceso desmedido de piel y existe buena capacidad para generar colágeno y elastina, por lo que podemos plantearnos técnicas poco invasivas, con buenos resultados”.
“Pero si hay un descolgamiento de la piel severo, unas bolsas malares o festón grande o mucha laxitud en la piel, cosa que suele ocurrir más allá de los 65 años, estaríamos hablando ya de cirugía cien por cien”, afirma el Dr. Bistoni.
Radiofrecuencia y microneedling
Para la zona periorbitaria, el doctor aplica el nuevo protocolo que combina la radiofrecuencia con el microneedling, o tratamiento de inducción de colágeno para obtener los mejores resultados.
“Con la Lipólisis Asistida por Radio Frecuencia (RFAL) aplicada a nivel subdérmico trabajamos a distintos niveles”, afirma la Dra. De Frutos. Por un lado, en un plano más profundo; una técnica poco invasiva que se realiza con anestesia local y una cánula de apenas 1mm, reducimos el tejido edematoso produciendo una contracción hasta del 60% y una disminución real de las bolsas grasas en el párpado, rejuveneciendo de forma natural la zona.
Por otro lado, la inyección de radiofrecuencia nos permite trabajar los últimos milímetros de la piel, retensando a nivel superficial y rellenando las arrugas perioculares debido al aumento de producción de colágeno.
Resultados
El resultado comienza a apreciarse a partir del mes, siendo definitivo entre los 3 y 6 meses después de someterse al tratamiento. “El porcentaje de retracción de la piel se sitúa entre un 35 y un 47%”, afirma el Dr. Bistoni.
La recuperación es sencilla, no hay cicatrices, ni heridas, simplemente un proceso de inflamación e irritación de la piel que suele limitarse a 3-4 días.
En general, el tratamiento se hace en una única sesión donde normalmente combinamos las dos tecnologías, “pero todo depende del estado de la piel y del envejecimiento del paciente, aunque si tenemos festones muy marcados o arrugas muy profundas puede ser necesario una segunda sesión adicional para conseguir un resultado óptimo. De radiofrecuencia se puede añadir alguna sesión más si queremos terminar de pulir el resultado o mejorar las arrugas de la zona o conseguir más contracción cutánea, pero todo depende del estado de la piel y del envejecimiento de nuestro paciente”, añade la Dra. De Frutos.