La cirugía plástica ocular, también llamada oculoplastia, es la parte de la oftalmología que se ocupa de las estructuras faciales perioculares (párpados, órbita y vía lagrimal). Según destacan los expertos de Clínica Baviera, aunque el aspecto estético es una parte importante de este tipo de intervenciones, en los procedimientos que se realizan la mejora estética no es el único objetivo o el principal, sino que en todo momento se prioriza preservar la funcionalidad del ojo.
A continuación, se muestran las principales causas de aparición de algunas de las alteraciones que corrige la oculoplastia:
– Bolsas en los ojos: suelen aparecer en los párpados inferiores, están provocadas por una acumulación de grasa y por el envejecimiento de sus tejidos, pudiendo verse favorecidas por la falta de sueño en algunos casos. Proporcionan un aspecto cansado y la blefaroplastia inferior es la técnica a través de la cual se consigue eliminar y redistribuir el exceso de grasa acumulado.
– El exceso de piel y el descolgamiento de los párpados superiores son unos de los problemas estéticos más comunes y que más afectan a la estética de los pacientes. El envejecimiento de sus tejidos es la principal causa. En estos casos, la blefaroplastia superior es el tratamiento más indicado para devolver la juventud a la mirada.
– Arrugas en la zona periocular: son las arrugas de “expresión” que se van produciendo por la gesticulación y que suelen aparecer en el entrecejo y alrededor de los ojos. En estos casos el tratamiento más indicado para tratarlas es la toxina botulínica, que relaja los músculos faciales, dejando la piel distendida, tonificada y tersa. Además, devuelve la luminosidad y la juventud a la mirada. Se aplica mediante infiltraciones intramusculares realizadas por un profesional en la consulta. Es totalmente reabsorbible y su efectividad puede prolongarse hasta seis meses.
La oculoplastia incluye una gran variedad de procedimientos quirúrgicos y médicos que tratan, además de las alteraciones ya señaladas, las afecciones de las estructuras localizadas en la zona periocular: como malposiciones de los párpados, blefaritis (inflamación del párpado), pérdida de elasticidad de la piel que rodea los ojos o tumores del párpado.