El Dr. José María Franco Góngora es cirujano plástico, reparador y estético, director de la Clínica FG: “Las pacientes comienzan a consultar por las arrugas del cuello a partir de la cuarta o quinta década de la vida. Hay que distinguir entre la arruga fina, que aparece en el cuello como consecuencia del daño que se produce en las estructuras más superficiales de la piel, habitualmente en relación al abuso de la exposición solar por el fotoenvejecimiento o el hábito del tabaco; y una arruga más gruesa del cuello, generalmente relacionada con la pérdida de elasticidad y el descolgamiento que aparece en etapas más avanzadas en el cuello, como consecuencia de la edad o tras importantes pérdidas de peso.
Las primeras arrugas suelen precisar de un tratamiento abrasivo. Especialmente útil es el láser de CO2 fraccionado para realizar un resurfacing de la zona del cuello al igual que se utiliza también en cara y escote.
Actualmente, es muy innovador el tratamiento de este tipo de arrugas mediante la inyección de microinjertos de grasa propia de la paciente, terapia que se conoce con el nombre de Nanofat, y cuya técnica consiste en la infiltración intradérmica de pequeñas cantidades de tejido adiposo en el cuello, que mediante un sistema de filtrado se inyecta en un estado casi líquido.
Cuando el principal problema que se presenta en el cuello es flacidez y descolgamiento, dando lugar a arrugas y pliegues de mayor grosor, generalmente se deberá acudir al quirófano para realizar un lifting de cuello. Particularmente quisiera destacar en este aspecto que no soy nada partidario de los hilos tensores a este nivel anatómico, porque creo que los resultados no son los que me gustaría que fuesen y hay otras técnicas mejores. También es verdad, que dependiendo de los que se utilicen, pueden dar algún problema y por eso prefiero otros tratamientos.
En ocasiones es necesario combinar varias de las técnicas (láser, lipofiling, cirugía…), para conseguir el resultado deseado. Mención aparte merecen los pliegues que en ocasiones encontramos en la zona central del cuello y que corresponden a las bandas del músculo platisma. En este caso, si no se desea la opción quirúrgica, se puede mitigar el efecto de estas bandas mediante la infiltración con toxina botulínica, produciendo así la relajación del músculo y disminuyendo la visualización de las mismas.
Post tratamiento
Para los cuidados post tratamiento es importante resaltar que habría que evitar los factores de riesgo que pueden dar lugar a este tipo de arrugas, como la exposición prolongada al sol o el consumo de tabaco, de esta manera se podría conseguir retrasar la aparición del problema.
Tras los tratamientos hay que observar ciertas precauciones: no realizar deporte inmediatamente después del láser y tampoco aplicar cremas, maquillajes o aceites en 24 horas.
Duración
El tratamiento de bótox dura unos 6 meses, aunque en determinadas zonas puede durar algo más. Los injertos de grasa tienen carácter más permanente y duran años, aunque se puede perder grasa que puede reabsorber el propio cuerpo, este tratamiento se puede repasar a los 4 años. En el caso del lifting, si se hace a una edad prudente puede ser definitivo, ya que se podría decir que el envejecimiento continuaría a partir de ese momento en el que ya habríamos eliminado unos años.