El tratamiento de la psoriasis en tiempos de la COVID-19 es clave para la calidad de vida de los pacientes, por ello, las principales sociedades científicas nacionales e internacionales, como la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) o la National Psoriasis Foundation de Estados Unidos (NPF por sus siglas en inglés), han recomendado en estos meses de pandemia mantener el tratamiento biológico en pacientes con psoriasis en época de COVID, para asegurar un correcto control de la patología y calidad de vida de los pacientes.
Importancia del diagnóstico
El Dr. Ricardo Ruiz-Villaverde, del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, ha destaca que, aunque no se ha producido un aumento en la incidencia de la psoriasis, sí es una patología que “se diagnostica antes y mejor” y en la que el paciente se ha empoderado con su enfermedad, por lo que consulta antes a un especialista por su patología.
Así, pone de manifiesto la elevada implicación de los dermatólogos en las numerosas vías de investigación para mejorar la calidad de vida de los pacientes con este tipo de patologías inmunológicas.
Los expertos, también ponen en valor el abordaje multidisciplinar en pacientes con psoriasis y artritis psoriásica. Esta inflamación crónica de las articulaciones se traduce en inflamación y dolor y se calcula que entre el 10 y el 30% de los pacientes con psoriasis acaba por desarrollarla, y aunque no existen biomarcadores predictivos que permitan la identificación precoz de estas personas, sí es clave el diagnóstico precoz. Como señalan los especialistas, en el abordaje de estos pacientes, las consultas compartidas entre dermatólogos y reumatólogos son clave.
Una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario
La psoriasis afecta alrededor del 2’3% de la población en España y suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores. Se trata de una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, a las uñas y a las articulaciones. Es crónica y se presenta en brotes, con exacerbaciones y remisiones y no se contagia ni se transmite. La manifestación clínica más habitual de la psoriasis es la aparición de lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable.