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Psoriasis, una enfermedad más allá de la piel

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Una de las preocupaciones más habituales de los pacientes con psoriasis en el momento del diagnóstico es si la enfermedad inflamatoria va a durar para siempre y si se podrá mantener el tratamiento de forma indefinida. Porque esta patología dermatológica sigue acarreando numerosos estigmas y prejuicios por el peso que implica en la autoestima y perspectivas del paciente con psoriasis.

Como señala el Dr. José Manuel Carrascosa, del servicio de Dermatología del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, “la piel psoriásica puede recuperarse por completo. No hay cicatriz. Sin embargo, sí la hay en el curso vital del paciente, en todas aquellas cosas que la persona habría podido hacer, en su ámbito profesional, personal, emocional…”. Así, destaca el experto, que los pacientes siguen afrontando numerosos retos asociados a este diagnóstico.

En este sentido, el especialista señala que la psoriasis es una patología inflamatoria, cuyas repercusiones pueden ir más allá de la piel y tener un impacto acumulativo. “Fundamentalmente aquellos del ámbito metabólico: hígado graso, obesidad y comorbilidad cardiovascular, favoreciendo mayor riesgo de eventos cardiovasculares en el futuro. Sin olvidar que hasta un 30% de pacientes con psoriasis desarrollarán artropatía psoriásica en algún momento del curso de su enfermedad, que sí puede dejar secuelas para siempre”, apunta el experto.

Incidencia en época de pandemia

La psoriasis afecta alrededor del 2,3% de la población en España y suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores. Se trata de una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, a las uñas y a las articulaciones. Es crónica y se presenta en brotes, con exacerbaciones y remisiones y no se contagia ni se transmite. La manifestación clínica más habitual de la psoriasis es la aparición de lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable.

En este sentido, la pandemia de SARS-CoV-2 ha supuesto una barrera para las visitas en personas con los pacientes, dificultando en algunos casos “niveles similares de confianza e interacción con respecto a las visitas presenciales”; sin embargo, como enfatiza el Dr. Carrascosa, en el lado contrario, la telemedicina ha sido y es una buena opción “para aquellos pacientes con un buen control de la enfermedad que, probablemente, requieren menos visitas de las que hacíamos”.