Tras realizarse un injerto capilar, muchos pacientes comienzan a preocuparse al percibir que el cabello trasplantado empieza a caerse. Este efecto, llamado Shock Loss, no indica ningún problema, ya que se trata de una situación transitoria habitual que se produce hasta en el 98% de los casos en las semanas posteriores a esta intervención, cuando los folículos pasan de la fase de desarrollo a la de reposo, según indica el Dr. Francisco Pilo, máster de trasplante capilar por la Universidad Católica de Murcia e integrante del equipo médico de la clínica Hospital Capilar.
El Shock Loss es un efecto secundario natural y reversible consistente en la caída de pelo postraumática asociada al trasplante capilar que se produce en el momento en el que el cabello se desprende del folículo piloso sano para dar paso a un pelo nuevo. Se dará con más frecuencia en la zona receptora, aunque puede producirse también en el área donante; y tras el mismo, el cabello volverá a nacer y crecer con más fuerza”, explica.
Factores desencadenantes
Por su parte, son varios los factores que pueden llegar a desencadenar esta pérdida de pelo, entre las que se encuentran el inestable estrés que sufre la zona receptora del trasplante como parte normal del proceso, provocando que se entre de golpe en fase telógena, así como las micropunciones accidentales que se producen sobre los folículos sanos, el daño previo que exista en el folículo piloso implantado, e incluso la distancia que guarden los mismos al ser injertados.
En cuanto a la duración de este efecto secundario, cabe recalcar que normalmente se prolongará entre uno y tres meses tras producirse la cirugía y, a partir de ese momento, el cabello volverá a crecer con normalidad, comenzándose a apreciar resultados visibles entre el cuarto y el sexto mes. “Sin embargo, el seguimiento postoperatorio será fundamental y los cirujanos deberán evaluar cada caso concreto, con el fin de determinar que se trata de una caída temporal”, recalca el doctor Pilo.
Minimizarlo
A pesar de que el Shock Loss es un proceso inevitable por el que ningún paciente está exento de pasar, sí será posible minimizar los riesgos y reducir los tiempos de esta fase. Por ello, el especialista recomienda llevar una buena higiene capilar, así como terapias cuya finalidad es la misma que la del Plasma Rico en Plaquetas o PRP, o el uso de medicamentos, tratamiento médico que promueve el crecimiento del cabello al conllevar un aumento del riesgo sanguíneo y el consecuente aporte de nutrientes esenciales para el pelo.