La Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP) ha celebrado recientemente su Congreso de Lifting Cervicofacial. El Dr. Jesús Benito, presidente de la Asociación, apunta que “con los avances en medicina estética, cada vez se ven más caras hipertratadas con cuellos envejecidos no acordes, ya que las soluciones de medicina estética para el cuello son inexistentes o poco eficaces”.
El cirujano ha señalado además que “los pacientes tienen miedo a la cirugía y a la palabra lifting”. En la actualidad, existe una tendencia a minimizar el impacto quirúrgico con técnicas menos agresivas, “pero si se quiere lucir un cuello bonito, la intervención en quirófano es la única solución”.
La piel del rostro y la del cuello no son iguales ni envejecen de la misma manera. El Dr. Benito apunta que “el platisma, músculo que abarca la parte anterior del cuello, está muy relacionado con la mímica facial, sobre todo con la de la boca, y resulta determinante en la aparición de las bandas del cuello o de los llamados anillos de Venus”.
En cuanto a las soluciones para atenuarlas, explica que “aunque son difíciles de tratar, la mejor opción es el despegamiento de la piel del músculo de los anillos y la infiltración dérmica con microinjertos de grasa”.
En el curso se han presentado además nuevas soluciones integradoras para la zona del cuello, que abarcan, aparte del tratamiento de arrugas, la pérdida de volumen y el descolgamiento. “Dado que el cuello es fundamentalmente quirúrgico”, explica el presidente de Aecep, “se buscan técnicas que devuelvan sus contornos, definiendo la línea mandibular y el ángulo entre la zona submandibular y el resto del cuello, procurando asimismo que la recuperación sea lo más rápida posible”.
La primera solución es una nueva técnica para tratar las bandas del platisma menos invasiva y que se puede usar en la mayor parte de cuellos flácidos. La segunda, para cuellos difíciles, busca conseguir un cuello definido y con un ángulo de 90º en relación a la mandíbula, mediante el tratamiento de estructuras más profundas como la grasa por debajo del platisma o la glándula submandibular.