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El estilo de vida occidental, consecuencia del aumento de alergia a los alimentos

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Estudios demuestran que el aumento de alergia a los alimentos no solo se trata de una impresión generalizada, sino de una patología prevalente. Asimismo, los factores implicados vienen determinados, en parte, por el estilo de vida occidental, lo que repercute en la calidad de vida de los enfermos y de sus familias. Así lo explica la Dra. Gloria Domínguez Ortega, pediatra con experiencia en Alergia Gastrointestinal del Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid.

La especialista recuerda que el intestino es el órgano inmunitario más grande y complejo del cuerpo humano y que está sometido a una estimulación constante durante toda la vida, al permanecer expuesto a agentes externos que pueden producir alergia e intolerancias. Además, la mucosa intestinal requiere de una respuesta rápida para mantener su “efecto barrera” y proteger al organismo de la entrada de patógenos.

Ghrelina: la hormona que conecta el estómago y el cerebro

Otra línea de investigación en desarrollo es el rol de la ghrelina, cuyo efecto fisiológico más conocido es la activación del receptor GSH-R1 por la ghrelina acilada (GA). Tal y como explica el Dr. Ignacio Bernabéu, vicepresidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y endocrinólogo del Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela, esta hormona aumenta el apetito y prepara al organismo para la ingesta de alimentos. Su nivel en sangre es máximo antes de la ingesta y se normaliza después de la alimentación.

Actúa como conexión entre el estómago y el cerebro, y por mecanismos complejos regula el balance energético (equilibrio entre el aporte y el gasto calórico del organismo) mediante su efecto regulador del apetito, de la sensación de plenitud y de la motilidad gástrica y de la termogénesis (calor que genera el cuerpo como consecuencia de la digestión y el almacenamiento de los alimentos consumidos). Además, está relacionada con las vías cerebrales de recompensa, pudiendo estar implicada en generar comportamientos adictivos frente a algunos alimentos (grasas, dulces) y al alcohol, añade el doctor.