La ciencia médica, en su búsqueda por minimizar los signos del paso del tiempo, ha conseguido crear hilos tensores para el tratamiento médico estético contra la flacidez y el descolgamiento de los tejidos. Un procedimiento sin cirugía que consigue un efecto lifting progresivo de forma natural. La Dra. Inma González, explica cómo se realiza su colocación y que resultados se obtienen con ellos.
Hilos faciales
La Dra. González, coordinadora del Máster en Medicina Estética y Bienestar CoMB-UB, dice que: “tratar la flacidez facial con hilos requiere un conocimiento exhaustivo de la anatomía del rostro y un abordaje anatómico que supla la pérdida de funcionalidad de los ligamentos, teniendo en cuenta que la frente, cejas, párpados superiores y tercio medio actúan como una unidad. La técnica de Miomodulación con hilos PDO©, de la que soy autora, es un lifting biológico autoinducido, no quirúrgico, que actúa sobre las estructuras de los ligamentos que causan la ptosis en el rostro”.
Tipos de hilos
Explica la especialista que: “los hilos PDO son de polidoxanona, biocompatibles y reabsorbibles. El mecanismo de reabsorción es por hidrólisis enzimática, a partir del tercer mes se reabsorbe el 50% y el sexto mes el 100%.
Los hilos screw tardan más de ocho meses en reabsorberse y el resultado es más duradero, ya que la producción y depósito de colágeno alrededor del hilo (neocolagénesis) se incrementa. El mayor efecto de tensión y tensado lo tendremos a los dos meses de la inserción de los hilos ya que se habrá producido el efecto lifting debido a la miomodulación”.
Técnica
Este procedimiento: “consiste en la estimulación por la pérdida funcional que sufren los ligamentos de retención faciales, y el sistema músculo aponeurítico superficial (SMAS). Son ocho los ligamentos de retención facial y van a conectar las estructuras desde el hueso hasta la piel, fijando tejidos superficiales a otros más profundos. Se actúa directamente en las zonas responsables del anclaje facial para reposicionar las facciones descendidas, y neutralizar las fuerzas gravitatorias que provocan la flacidez, la aparición del surco nasoyugal, los festones malares, el surco nasolabial, el jowl (papada) y la pérdida del óvalo facial.
A nivel orbicular, a medida que envejecemos hay una laxitud del ligamento orbitomalar, lo que provoca el descenso del SOOF y esqueletización del reborde orbitario inferior. Este ligamento es una membrana que separa los espacios preseptal y precigomático. Suspende o eleva las almohadillas grasas superficial y profunda en el área infraorbitaria.
La laxitud central del ligamento orbitomalar, permite que las bolsas adiposas retroseptales del párpado inferior puedan descender a la mejilla superior y se forme esa deformidad en V, en la unión del párpado mejilla que llamamos pliegue nasoyugal u ojera. Si trabajamos con hilos cog screw el SMAS, a nivel del ligamento orbito malar, conseguiremos evitar el descenso y la aparición de los festones malares. Lo mismo ocurre cuando tensamos los ligamentos de retención del tercio medio con hilos PDO cog screw. Con esta técnica de la región nasolabial del tercio medio facial, se estimulan los ligamentos cigomáticos para evitar el desplazamiento inferomedial de los tejidos, que van a provocar el pliegue en esta área.
Por último, en el tercio inferior trabajo sobre los ligamentos de retención mandibulares para evitar la aparición del jowl, con hilos tensores cortos cog screw y, cuando éste ya se ha producido, con hilos cog largos desde la zona órbito malar, hacia el punto de mayor flacidez del jowl, creando vectores tensores de arriba abajo”.