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Técnicas para reposicionar el triángulo facial invertido

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La Dra. Josefina Royo, directora médica de Instituto Médico Láser y una de las especialistas integrantes de su Unidad de Medicina Estética Facial, explica que: no son las arrugas, sino el triángulo facial invertido, lo que determina el envejecimiento del rostro. Se percibe como pérdida de proyección en los volúmenes, pero es un descenso de las facciones, que deforma la cara a partir de los 40, cargando todo el peso en el tercio inferior. En nuestra clínica hemos denominado “Youth Triangle Recovery” al conjunto de técnicas mínimamente invasivas que lo reposiciona.

Cambio estructural del triángulo facial invertido

El reparto ideal de los volúmenes faciales viene determinado por un triángulo cuasi-equilátero, cuyos vértices se sitúan en la parte alta de los pómulos y en la barbilla. El cambio de orientación, que se produce paulatinamente a partir de los 40 años, es un fenómeno que el 60% de las personas reconoce, asociándolo a la falta de firmeza cutánea.

Este descendimiento facial, sin embargo, responde a alteraciones estructurales de mayor calado como:

– La reabsorción ósea que se produce isométricamente con la edad y se traduce en pérdida de proyección.

– El descenso de los paquetes grasos, que se deslizan por el peso de la gravedad y la paulatina debilidad del tejido conjuntivo, cuyos ligamentos acusan la pérdida de colágeno.

– El predominio de los músculos depresores, cuya potencia acentúa las líneas verticales asociadas a la tristeza, la crispación o el cansancio.

Youth Triangle Recovery

Esta técnica revierte la posición del triángulo invertido, sin pasar por el quirófano. Comprende una serie de protocolos personalizados, cuyo objetivo es el reposicionamiento de los volúmenes descendidos. Se realiza de arriba abajo, con un enfoque “full-face” de rejuvenecimiento global, que es la única manera de conseguir un efecto natural, sin evidenciar el retoque.

Festón malar: Suaviza la cuenca hundida del ojo mediante la infi­ltración de ácido hialurónico, cuya trabeculación especí­ca, permite trabajar los distintos planos del tejido. Esta corrección en 3D, se realiza en retrotrazado, desde el periostio sobre el hueso, hasta la superficie cutánea.

Pómulos y mejillas: La restauración del volumen perdido y su reposicionamiento, requiere un estudio previo para no in­ltrar más del que se tenía. El procedimiento, que en IML se realiza con cánula por menor riesgo de hematomas y mayor naturalidad en el resultado, se lleva a cabo mediante un abordaje único, un punto cerca de la sien, que permite introducir ácido hialurónico de alta trabeculación, polycaprolactona o hidroxiapatita cálcica, de forma retrógrada y en abanico.

Surco nasogeniano: A partir de los 35 años y según el criterio experto, no se debe rellenar. Su corrección en la actualidad, se realiza aumentando la tensión facial, mediante un relleno estratégico que se trabaja desde la mitad de la mejilla hacia la oreja, según las necesidades de volumen en cada paciente. Cualquier infi­ltración por delante de esta línea vertical imaginaria, añade más peso al centro del rostro.

– Joule: Es la parte de la línea mandibular que desciende con la edad, a ambos lados de la boca, formando las conocidas “cocochas”. Son dos elongaciones cutáneas que delatan la instalación del triángulo invertido, restando de­nición al mentón. Se tratan con hidroxiapatita o policaprolactona, que se in­ltran con cánula en retrotrazado, desde la borla del mentón junto a la barbilla (ligamento mentalis) hasta más allá del Joule. Este suave relleno del reborde mentoniano colabora en la tensión del ángulo mandibular.

Región submental: El descolgamiento incipiente del cuello que se percibe de per­l, cuenta con una solución no quirúrgica. Se trata de colocar hilos de doble aguja, que permiten recuperar el ángulo mandibular de la juventud. Este descenso de la región submental puede tratarse simultáneamente con el cuello, mediante un procedimiento colagenizador que consiste en el implante de tramas tensoras a base de ácido hialurónico e hidroxiapatita cálcica (3 sesiones espaciadas).