La Dra. Candy Hernández, médico estético y directora de Candhé Clinic, enumera las seis señales que ayudarán a saber cuándo desconfiar de un centro que pueda poner en peligro la salud del paciente:
– Que la única explicación del médico sea “Quedarás estupenda”. Según la doctora, ésta no es una explicación aceptable a la hora de ir a hacerse un tratamiento a un centro médico estético. El profesional debe explicar el protocolo con todo lujo de detalles.
– Un médico no es un vendedor. La profesión de la medicina no consiste en vender nada. Un buen médico debe asesorar y acompañar durante el tratamiento de forma profesional y rigurosa, anteponiendo la salud y nunca presionar al paciente.
– Se debe huir de los chollos y recordar: si el precio es demasiado bajo para ser verdad, es que hay algo que no están contando. Los materiales que se usan en medicina estética tienen un coste muy elevado, sobre todo si se trabaja con marcas de primera calidad. Lo suyo es abrir los productos antes de utilizarlos, delante del paciente.
– Las revisiones no se cobran. Son la parte clave de cualquier tratamiento, ya que en ellas se aseguran de que todo ha salido correctamente y no hay complicaciones. Las revisiones no son un servicio posventa. Lo que sí se cobra a parte son los nuevos tratamientos que se requieran.
– Siempre debe haber un consentimiento firmado. Todo tratamiento o intervención médica debe ir acompañado de un consentimiento expedido por el centro y firmado por el paciente.
– Competencia desleal. No es honesto que un profesional hable mal de otros compañeros. Un buen médico brilla con luz propia y no necesita hacer trampas, apunta la doctora. Las malas prácticas como seguir a pacientes de otros médicos en Instagram o criticar a la competencia, son desleales y restan valor a la profesión.