Inicio Noticias Medicina estética Multirraciali...

Multirracialidad y trasplante capilar

Compartir

El director Médico de la clínica Insparya Marbella, Dr. Carlos Caballero explica por qué la multirracialidad condiciona determinadas técnicas en tratamientos y trasplantes capilares.

Distintas razas

En la raza negra o afroamericana, el cabello es más grueso y oscuro, además de rizado tanto por fuera como por dentro del cuero cabelludo, al tener una matriz folicular más ancha. Esto dificulta la extracción, por lo que nosotros hacemos uso de un punch; más ancho en forma de “trompeta”. Además, en contra de lo que pueda parecer, la raza negra es la que posee menor densidad capilar, pues los cabellos son más gruesos, pero presentan en ciertas zonas un máximo de 85-90 pelos por centímetro cuadrado, lo que equivale a unos 60.000 folículos pilosos en la cabeza. Esto hace necesario el uso de un densitómetro y tricoscopio con cámara digital que permita una correcta valoración por parte del profesional, así como un exhaustivo estudio de la zona donante para llegar a la extracción de máximos sin ningún riesgo de depleción, explica el Dr. Caballero.

Por ser de extracción más lenta y difícil, en este tipo de pelo no logramos trasplantar un número de unidades foliculares tan elevada como en la mayoría de los casos en los cuales conseguimos la extracción de más de 4000 UFs en una sola sesión sin riesgos para la zona donante. En estos casos se considera una buena extracción alcanzar 1800-2000UFs”.

Este tipo de cabello presenta la ventaja de dar una ilusión óptica de mayor densidad, lo que implica que un trasplante de menor número de unidades, puede conseguir un buen resultado. En cuanto al diseño de la línea de implantación, hay que tener en cuenta que la raza afroamericana tiene cráneo mesocefálico, o sea, más alargado, y con una región superior de menor área que la posterior, y con una primera línea que acostumbra a ser más bien recta. A tener en cuenta también, en la raza negra, la mayor posibilidad que los caucásicos de presentar cicatrización anómala o queloidea, para lo que los médicos hacemos usos de punch especiales e incisiones con implantador de precisión, describe el Dr. Caballero.

Raza blanca o caucásica

Presenta, por lo general, mayor cantidad de pelo, pero más fino (de unos 0,70 mm de diámetro). De hecho, es la raza con mayor densidad capilar, pudiendo alcanzar 100.000 folículos pilosos en el cuero cabelludo, y hasta 200 pelos por centímetro cuadrado. Sin embargo, al ser más fino, los profesionales médicos necesitan hacer uso de un punch igualmente fino (entre 0,75-0,8 mm de diámetro) para evitar transecciones de cabellos vecinos por proximidad.

En cuanto al diseño de la línea de implantación, el doctor explica que los caucásicos tienden tener una cabeza dolicocefálica o bien ovoide, por lo que la primera línea suele ser curva o en forma de “m, con discretas entradas según la edad. Saber mantener esta implantación natural es importante, igual que la distribución de las unidades foliculares según el número de cabellos por UF que, en la raza blanca, el 10% son de 1 pelo (localizados en mayor proporción en la línea de implantación), y el otro 90% de 2,3 y 4 pelos.

Raza asiática

Es de color negro y poco ondulado, y es intermedio a los anteriores en cuanto a densidad: unos 130 pelos por centímetro cuadrado. El total de folículos promedio es de unos 80.000 en el cuero cabelludo, y normalmente grueso. En comparación con los caucásicos, las cabezas de los asiáticos tienden a ser más redondeadas y aplanadas en la región superior (braquicéfalos), lo que da lugar a una línea de implantación más ancha y aplanada con unos ángulos frontotemporales muy marcados, por lo que la zona receptora suele ser muy grande. El pelo es más grueso y duro que el de los caucásicos (unos 0,90mm) teniendo unos 33% de folículos de 1 solo pelo, y posee menor densidad (aprox. 130 /cm2). Si a esto le unimos que suele ser muy negro y con el cuero cabelludo muy blanco, hace que el efecto óptico de densidad se vea aún menor en los inicios de una alopecia. Por tanto, poca densidad en zona donante y gran zona receptora por cráneos braquicefálicos, nos obliga a optimizar la zona donante y elegir con cuidado la altura de la línea de implantación, concluye el Dr. Caballero.