¿Cómo proteger la piel del frío extremo? La respuesta a esta pregunta la ofrece la farmacéutica Rocío Escalante, “con el frío la piel sufre mucho, porque puede deshidratarse con las consiguientes molestias como la sensación de tirantez, el enrojecimiento e incluso la descamación”.
Proteger la piel del frío
“Con temperaturas muy bajas, la producción de grasa disminuye, por lo que la película protectora natural de nuestra piel se vuelve más fina, esto provoca la deshidratación, al no poder retener la humedad”, indica la especialista y añade: “además de las temperaturas bajo cero, hay otro factor que puede aumentar la deshidratación de nuestra piel: el aire seco de las calefacciones. Es normal que exista mucho contraste de temperatura entre el exterior y el interior y estos cambios también afectan a la piel. Todo esto puede provocar sensación de tirantez, enrojecimiento, descamación, hormigueo y picor.
La piel del rostro es la más expuesta y por lo tanto la más sensible, y dentro del rostro hay que prestar especial atención a los labios y al contorno de los ojos. También las manos son muy propensas a la deshidratación y más con el lavado frecuente o el uso de hidrogeles. No podemos olvidar tampoco el resto de la piel que, aunque esté cubierta por ropa, también puede sufrir los cambios de temperatura.
Aunque todas las pieles pueden sufrir deshidratación, incluso las grasas o mixtas, las más sensibles son las pieles secas, las pieles que sufren alguna patología dermatológica como rosácea o dermatitis, las pieles hipersensibles y las pieles maduras”.
Cuidados de la piel
– Proteger la piel de la deshidratación. Para ello es importante incrementar la hidratación con cremas y aceites.
– Además de hidratar todas las mañanas, después de la limpieza, rehidratar siempre que se note la piel tirante.
– Por la noche, después de la limpieza, también hay que hidratar, por ejemplo, en pieles secas, aplicar algún aceite.
– Un par de veces a la semana, conviene utilizar una mascarilla hidratante.
– Para el contorno de los ojos, aplicar una crema específica.
– Y, por supuesto, hay que usar un bálsamo labial para hidratar los labios tantas veces como necesitemos. En el exterior, uno con protección solar.
– En el cuerpo, después de la ducha, conviene aplicar una loción hidratante, ya que, aunque esta piel esté tapada y más protegida del frío, puede también sufrir sequedad.
– Hay que prestar especial atención a las manos que hidrataremos, siempre después de lavarlas.
– Esencial: usar protección solar en el rostro. El reflejo de los rayos UV puede provocar quemaduras en la piel.
– Si hemos sufrido irritaciones, hay que aplicar cremas específicas calmantes que nos ayudarán a reparar la barrera cutánea.