La dieta, el ejercicio físico y las relaciones sociales son las claves para lograr un envejecimiento activo. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del “Estudio FontActiv: El papel de la nutrición en el envejecimiento activo de la población” elaborado recientemente el Riskcenter Research de la Universitat de Barcelona (UB) y Laboratorios Ordesa, que se presentó en el 62ª Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) con el objetivo de mostrar a los especialistas reunidos en el evento cuáles son los hábitos y las limitaciones de los mayores de 65 años para disfrutar de un envejecimiento saludable.
Dieta variada y adaptada al entorno
La alimentación es uno de los factores clave para lograr un envejecimiento activo. “La mayor parte de los mayores de 65 años encuestados en el estudio siguen una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea, sin embargo, debemos ser conscientes de aquellas cosas a mejorar. Por ejemplo, en algunas patologías conviene vigilar la toma de alimentos menos saludables como carnes rojas o embutidos, que deberían ser limitados, así como los alimentos ultraprocesados” valora el Dr. Federico Cuesta Triana, especialista en Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Según el Estudio, los mayores de 65 años optan por el consumo de alimentos frescos, consumen legumbres como mínimo una vez a la semana y más de dos piezas de fruta al día, y sólo un 3% declara que no come ni verduras, ni hortalizas.
Pero, la alimentación también puede verse condicionada por otros factores como el estado físico de salud o condicionantes económicos y/o sociales, que pueden incidir en todo el proceso, es decir, desde hacer la compra de los alimentos hasta prepararlos o cocinarlos. Por tanto, “es fundamental mejorar la movilidad en los mayores, potenciar la ayuda a domicilio y eliminar las barreras arquitectónicas para que puedan desarrollar sus tareas cotidianas de forma autónoma” apunta el especialista.
El ejercicio físico ayuda a mejorar la masa muscular y disminuir el riesgo de caídas
Un 75% de los mayores de 65 años realizan ejercicio físico moderado como andar de forma habitual. “Hay que potenciar que los mayores caminen, pero también que incorporen otros ejercicios de resistencia, tonicidad y flexibilidad, que ayudarán a mejorar la masa muscular y disminuir el riesgo de caídas” recomienda el doctor. El experto propone que la actividad deportiva se integre en las tareas cotidianas, de forma progresiva incorporando movimientos repetitivos que puedan ayudar a mejorar la masa muscular, como pequeños ejercicios de fuerza con elementos que tengamos en casa.
La soledad influye en la nutrición y el estado de salud
La sensación de soledad en las personas mayores puede tener una gran influencia en su nutrición y en su estado de salud. Según el estudio, un elevado porcentaje de personas (19%) comen solas todos los días. Vivir y sentir que uno forma parte de una comunidad ayuda a la persona a poder desarrollar mejor sus tareas cotidianas y mantener unos buenos hábitos nutricionales. Para el Dr. Cuesta “es muy importante el entorno familiar, pero también cultivar otras relaciones con amigos o conocidos, así como poder contar con los recursos socio sanitarios necesarios para apoyar las necesidades de las personas mayores de 65 años”.
La década del envejecimiento activo y saludable
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado 2020-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable con el objetivo de impulsar acciones para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven mediante la promoción del concepto healthy ageing en la sociedad.
Se calcula que en el año 2050 las personas mayores de 65 años estarán por encima del 30% de la población, con casi 15 millones, de los cuales una tercera parte superarán los 80 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística.