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Quimiofobia o exigencia por la seguridad en los cosméticos

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En los últimos años, se ha extendido el neologismo ‘toxic free’ para identificar los cosméticos que evitan sustancias que pueden resultar perjudiciales para la salud, lo que ha dado lugar, también a la llamada quimiofobia. La cosmetóloga, Eva Raya y co-creadora de la firma Alice in Beautyland, explica su punto de vista: “Esta etiqueta ha crecido al mismo ritmo que el greenwashing, como se conoce en el sector a la estrategia de marketing que consiste en dar una capa de pintura verde a una marca para transmitir la idea de que son respetuosos con el medio ambiente. Esto es solamente una pátina sin valor real, por lo que se trata de un uso engañoso que perjudica al consumidor y a la industria cosmética.

El abuso del apelativo libre de tóxicos ha hecho caer al consumidor en una confusión totalmente comprensible que desemboca en una “quimiofobia” muchas veces infundada, y/o creer erróneamente que un compuesto de procedencia natural es totalmente inocuo por el simple hecho de serlo. Aunque sobreentendemos lo que es un producto natural, surgen discrepancias a la hora de definirlo. Esta es una de las razones por las que hace 2 años salió la tan esperada normativa ISO 16128, que consensúa internacionalmente la definición y criterio de un producto natural para uso cosmético, ya que tanto en la naturaleza como dentro de un laboratorio todo es química, todo está compuesto por átomos y moléculas.

Desde entonces, un producto cosmético puede calificarse como natural conforme a esta ISO, y existen certificadoras privadas con distintos requisitos si lo que se busca es una identificación concreta. Pero independientemente de todo, es importante señalar que dentro de la Unión Europea existe una legislación en materia de seguridad de igual cumplimiento para todos”, indica.

Parabenos, alérgenos en perfumes sintéticos, siliconas…

Sobre los ingredientes de una cosmética natural o sintética, posibles alergias que puedan provocar y otros efectos sobre la salud, esta especialista dice: “Hasta ahora se han prohibido o limitado muchos ingredientes que puedan presentar algún riesgo, otros están en proceso de estudio bajo la normativa REACH o Reglamento comunitario europeo de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas”.

Los conservantes no son ingredientes que ‘aporten’ sino que ‘evitan’ y suele haber mucha polémica con ellos. Pero es importantísimo recalcar que son absolutamente necesarios en algunos productos con ingredientes no inertes especialmente con base acuosa, en donde no encontrarlos sí debería ser motivo de preocupación. El agua es caldo de cultivo de hongos y bacterias y no es un tema para tomar a la ligera, la seguridad ha de ser incuestionable. Los parabenos de cadena larga están prohibidos y hoy por hoy no se encuentran en ningún cosmético legal. Los que se permiten son los de cadena corta. En la naturaleza también existen parabenos en frutas y verduras especialmente en algunas bayas o el extracto de las flores Lonicera Japonica o Lonicera Caprifolium de las que se extrae el ‘japanese honeysuckle extract’.

Los aceites esenciales tienen grandes propiedades, pero si sobrepasamos la dosis recomendada pueden tener efectos dañinos ya que están repletos de alérgenos de forma natural. Esto ocurre también con perfumes sintéticos, pero los hay precisamente de síntesis que se han diseñado específicamente sin alérgenos.

Las famosas siliconas o parafinas no son productos tóxicos para la piel, aunque no los contemplemos en nuestra marca por nuestra filosofía puesto que se extraen del petróleo. Un dato curioso es que la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos para la Salud de Reino Unido ha solicitado a los fabricantes de productos con parafina, advertir de ‘riesgo de incendio’ en el envase, debido a que, al entrar en contacto con la ropa o las sábanas de los consumidores, éstas pueden ser inflamables incluso después de lavarlas.

Para casos ‘fuera de la ley’ existe un sistema de alerta rápida donde las autoridades de los países de la Unión Europea exponen los productos de riesgo que se detectan diariamente: el informe Rapex. La información es de uso público y se accede desde el portal de la Comisión Europea. En el informe aparecen frecuentemente objetos de uso infantil, tintas de tatuajes y cosméticos, todos ellos de procedencia dudosa como norma habitual. Así que es importante evitar comprar este tipo de productos, imitaciones incluidas y usar marcas fiables que cumplen la legislación”, finaliza la especialista.