Tras el aumento de mamas, la rinoplastia es una de las cirugías estéticas más demandadas, tanto por hombres como por mujeres. En 2018 se cumple un aniversario muy especial: 120 años de la publicación de los primeros trabajos del médico alemán Jaques Joseph, considerado el “padre de la rinoplastia moderna”. Fueron determinantes sus aportaciones técnicas, concretamente para la vía externa y endonasal, con el desarrollo del instrumental pertinente.
Tal como señala el Dr. Jorge Planas, director Médico de Clínica Planas: “La rinoplastia de última generación es la ultrasónica, una técnica que maximiza la precisión en la intervención y reduce de forma substancial las molestias postoperatorias. Nada tiene que ver lo aparatoso y molesto de una rinoplastia de hace 120 años con lo que vive un paciente en la actualidad”.
“Esta técnica”, añade el doctor, “sustituye la lima, al martillo y al escoplo tradicional por un dispositivo ultrasónico que maximiza la precisión en la intervención y permite limar y fracturar los huesos propios de la nariz sin lastimar los tejidos blandos ni los vasos sanguíneos, lo que hace que no aparezcan hematomas, reduciendo de forma substancial las molestias postoperatorias y evitando el incómodo taponamiento”.
Pero el Dr. Jorge Planas pone énfasis en la singularidad de cada paciente: “Lo que hay que tener presente es que cada rinoplastia es un caso diferente que debe evaluarse con detenimiento. No se trata únicamente de reducir o aumentar el tamaño de la nariz, sino de adaptarlo a las facciones y características propias de cada persona y es muy importante alinear los deseos del paciente con las posibilidades reales de la cirugía”, explica.