La primavera y las líneas estéticas nos llevan hacia una mujer fresca, sencilla, en la se busca el lucimiento de la belleza natural del rostro. Las claves para la novia: luminosidad, firmeza, elasticidad y volumen. Cuatro aspectos que hay que comenzar a trabajar meses antes de la boda y resaltar con pequeños trucos especiales. Así lo explica la directora médico estética de Clínicas Dorsia, la Dra. Virginia Sánchez.
“La protección de la piel del rostro no es sólo una cuestión de verano”, explica la doctora. “En invierno hay que cuidarse también del efecto de los rayos ultravioleta, pero, además, de su acción conjunta en relación a la contaminación y a las calefacciones. Un doble daño que acentúa el envejecimiento cutáneo, al ser capaces las partículas contaminantes del medio de penetrar en la piel atravesando la barrera transepidérmica y los folículos pilosos.
Otras consecuencias negativas del invierno en la cara, debido al frío, el viento, el frío y la bajada de humedad, son la sequedad e inflamación, que, a su vez, producen rojeces e irritación”.
Dice la especialista que, el plan de choque contra los efectos invernales para devolver al rostro su luminosidad pasa por los siguientes aspectos:
– Guerra a la oxidación: que comienza con una alimentación rica en frutas y verduras, libre lo máximo de grasas y azúcares. Los nutricosméticos, sólo si los recomienda un profesional. Por supuesto, nada de tabaco o alcohol.
– Protección ante los enemigos externos: “para el sol de estos meses”, la Dra. Sánchez recomienda, “filtros solares de calidad y superiores a 50 FPS, tanto en la piel expuesta como en los labios”. También aconseja utilizar cosméticos antioxidantes que incluyan filtros solares o aplicar en la piel primero un producto antioxidante y después el filtro solar. En casa, humidificadores o recipientes con agua en los radiadores para prevenir la sequedad.
– Fidelidad a una sencilla rutina facial: con leche limpiadora, agua micelar, crema lavante, aceite limpiador, jabón o espuma limpiadora. El uso de tónico no es siempre necesario y responde más bien a preferencias personales, aclara la dermatóloga.
– Adiós a las manchas: Además de la protección y rutinas ya citadas, para la eliminación de manchas en general, lo indicado para la prevención y tratamiento son los alfahidroxiácidos y el retinol por la noche, presentes en diversos productos cosméticos. También, y dependiendo de la lesión, se emplean la bioestimulación y la mesoterapia con vitaminas.
En cuanto a la recuperación de la frescura y la vitalidad de la piel del rostro, a un mes del enlace, la doctora recomienda un programa de iluminación facial, diseñado para novias jóvenes. Aborda pieles apagadas, con el poro dilatado, manchas tipo melasma, o paño (comunes en el embarazo) y, finalmente, arrugas muy finas.
Comienza con el habitual peeling químico, para después introducir la mesoterapia, en este caso, infiltraciones con ácido hialurónico, minerales y aminoácidos. Incluye también otras combinaciones inyectables a base de aminoácidos esenciales y ácido hialurónico, que regenera tejidos y aporta luminosidad y volumen. Es un tratamiento que, aunque trate las capas superficiales de la dermis, mejora la calidad de la piel en cuanto a luminosidad, unificación de tono e imperfecciones.
Para novias de más edad, con pieles de mayor madurez, la Dra. Sánchez aconseja el lifting líquido. “Se trata de un cóctel de belleza personalizado que combina bótox, ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica y mesoterapia con ácido hialurónico reticulado, según el estado del rostro de cada paciente.
En una sola sesión y con un potente efecto flash, gracias a que se estimula la producción de colágeno, a la vez que se rellenan pliegues y recuperan volúmenes perdidos con el paso del tiempo. Su eficacia se basa en su gran capacidad para atraer y retener agua, lo que permite rehidratar la piel y hacer que luzca más tersa, aumentando su grosor y eliminando los surcos”.