Para el Dr. Ángel Martín, cirujano plástico y director médico de la Clínica Menorca: el uso de la última generación de ultrasonidos resulta la indicación perfecta para eliminar acúmulos de grasa localizada, mejorando la retracción de la piel y consiguiendo una recuperación más rápida. Es muy precisa y actúa únicamente sobre los adipocitos, licua la grasa, no la destruye, para facilitar su extracción y permite esculpir al milímetro, consiguiendo un cuerpo más tonificado y atlético.
Moldea todas las zonas del cuerpo donde se acumule la grasa: papada, barbilla, pecho, abdomen, brazos, espalda, caderas, glúteos, cintura, rodillas y tobillos. Los candidatos son pacientes más o menos en normo peso con acumulo de grasa en cualquiera de las zonas antes descritas y en casos en los que ya se ha realizado una liposucción previa y existe fibrosis (exceso de colágeno), para que la aparición de hematomas sea menor. No está indicada si hay un sobrepeso excesivo, en ese caso, la lipoescultura 360º sería la mejor opción.
Los ultrasonidos son menos invasivos, la técnica permite un mayor control al cirujano, mejorando la retracción de la piel y produciendo menor inflamación y hematomas por lo que reduce el dolor y el tiempo de recuperación del paciente.
El procedimiento
Se debe acudir acompañado a la clínica, es una intervención de carácter ambulatorio, por lo que en unas horas se volverá a casa. Los días previos a la intervención se tendrá que seguir al pie de la letra las recomendaciones que haya dado el cirujano, relacionadas con un régimen de alimentación e hidratación, lo que ayudará a mejorar los resultados. Se deberá comunicar al cirujano cualquier enfermedad que se haya padecido o padezca, así como la medicación que se esté tomando en la actualidad.
Esta intervención se realiza con anestesia local y sedación. Al igual que en la liposucción convencional, se infiltra una solución tumescente. Entre esta infiltración y la aspiración de los glóbulos o células de grasa, llamadas adipocitos, se pasa la cánula de ultrasonidos para romper por vibración estas células grasas -vibra el citoplasma o la envoltura del adipocito-. La rotura es espontánea y no se lesionan ni los vasos sanguíneos ni los nervios, lo que se traduce en un postoperatorio con menos hematomas y menos dolor. Después, con la cánula de extracción se realizan pequeños movimientos muy suaves para extraer la grasa, succionándola, no destruyéndola. En la liposucción tradicional el movimiento de la cánula destruye la grasa y hay que hacerlo manualmente, es lo que produce los hematomas. Con los ultrasonidos se produce un calentamiento controlado, y al ser el movimiento más superficial se calienta la dermis, lo que va a producir la generación de nuevo colágeno, una mejor retracción de la piel evitando la flacidez de la piel.
Con este sistema se diluyen las tres capas de grasa: superficial, media y profunda y en ciertas áreas donde hay musculatura permite que la piel se pliegue a la fascia del músculo logrando una alta definición, esto permite que en ciertos pacientes se evidencie su musculatura, casi siempre en el área abdominal.
Tras la cirugía, es necesario llevar una faja que ejerza presión en la zona, durante un mes. Los resultados mejoraran semana tras semana, y a los seis meses ya se aprecian por completo.