Inmaculada Canterla, experta en nutrición, indica que “las calorías son la expresión de la energía que el cuerpo requiere para realizar todas sus funciones metabólicas. Cada persona tendrá un requerimiento diferente, en función de su estilo de vida, estado de salud… no es lo mismo un anciano que un joven deportista de 25 años o una mujer embarazada”.
Una vez definido el aporte calórico a consumir, habrá que consumir el número de calorías necesario para el día, sin pecar por exceso ni por defecto.
“Por exceso nos puede repercutir en una acumulación de energía, que se almacena en el cuerpo en forma de hidratos de carbono primero (glucógeno) y posteriormente, si no se consume, en grasa”, indica, “por otra parte, si pecamos por defecto, nos traerá problemas metabólicos, ya que el cuerpo no tendrá energía suficiente para sus necesidades básicas”.
Finalmente, hay que decidir coherentemente de donde se va a extraer esa fuente de energía para el cuerpo. “No será lo mismo aportar al cuerpo 1500 o 2000 Kcal provenientes de una dieta equilibrada, con las proporciones coherentes de hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables, que tener ese mismo aporte de calorías a base de pizzas, hamburguesas o bollería industrial”.
Conseguir una dieta equilibrada
Inmaculada Canterla explica que:
– Es importante intentar seguir unos horarios a la hora de las comidas y evitar picar entre horas.
– Si se tiene hambre se puede comer alguna fruta o verdura de temporada para saciar el apetito.
– Beber mucha agua para mantener el cuerpo bien hidratado y evitar el alcohol que deshidrata y aporta muchas calorías al organismo.
– Hay que tener precaución con los típicos aperitivos del verano. Se puede disfrutar de ellos comiendo crudités de verduras o algunos frutos secos.
– Si se puede mejor comer helados caseros. Y si no, escoger mejor los helados de hielo.
– Los tipos de cocción de los alimentos también influyen en el número de calorías que se ingieren. Es mejor evitar las frituras ya que multiplica las calorías y grasas del alimento.
– Aprovechar el verano para practicar deportes al aire libre o simplemente pasear por la playa.
– Por último, no obsesionarse en contar las calorías, utilizar la lógica y disfrutar de las comidas y del verano.