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Ácido poliláctico para prevenir el envejecimiento

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¿Qué aporta el ácido poliláctico en los tratamientos médico-estéticos? Hasta ahora habíamos escuchado hablar de la toxina botulínica preventiva para suavizar las arrugas incipientes, pero no de la estimulación de colágeno en mujeres que están en la treintena para ralentizar los signos de la edad, en concreto la flacidez. La novedad llega de la mano de la Dra. Elena Manubens en el seno de la XXXIV Reunión del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica) celebrado recientemente.

Qué es

Es un biopolímero que se sintetiza de forma artificial, microesferas que se purifican para ser del mismo tamaño que funcionan como bioestimuladoras del colágeno; se ha demostrado que al inyectarlas en el tejido subcutáneo justo por debajo de la piel, donde están las estructuras, se genera una respuesta inflamatoria controlada (no te hinchas, es microscópico) que activa los fibroblastos, células encargadas de fabricar colágeno. Además, nuevos estudios del ácido poliláctico confirman que a los dos años del tratamiento el 90% de las pacientes están muy satisfechas.

Efecto preventivo

A pesar de que tenemos buenos tratamientos estimuladores de colágeno no podemos hacer magia, cuando vienen pacientes a los que les molesta este descolgamiento visible en torno a los 50 años ya es difícil recuperar ese colágeno visible a los 30. Se añade que el organismo va perdiendo funciones y la capacidad va reduciéndose, por eso es más interesante empezar a usarlo más pronto, ya que fabricaremos más colágeno y así aplanaremos un poco la curva de la pérdida natural. Si ya sabemos cosas que se van a estropear no actuemos tan tarde, así a los 50 o 60 tendremos mejor colágeno.

Resultados

A los 5 ó 6 meses, pues al organismo le lleva un tiempo generar la respuesta y fabricar el colágeno; esas microesferas permanecen unos meses estimulándolo y luego se reabsorben y se acaban degradando del todo”. Conviene hacer 2 sesiones en chicas jóvenes y luego 1 cada año o dos años, no supone un gran sacrificio en tiempo y desembolso económico.

Sin efectos secundarios

A día de hoy son prácticamente nulos, incluso los hematomas no son habituales, porque trabajamos con una cánula, que al no tener filo por la punta no rompe estructuras y tienden a aparecer. Al terminar no suele haber nada, como mucho una casi imperceptible hinchazón.