Envejecer es algo intrínseco de los seres vivos que se ha visto postergado, en el caso de los humanos, unos años gracias a los avances científicos y médicos. Pero, más allá de lo que pueda aportar la ciencia al bienestar de la población, existe un arma para retrasar el deterioro físico y mental que está en manos de todos: el ejercicio. El Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se centra en este tema y en sus estrategias que ya se empiezan a desarrollar en nuestro país para fomentar la actividad física.
El Dr. Jorge Soto, director de la Fundación Piel Sana de la AEDV, insiste en la importancia del ejercicio y en cómo debe ser una prioridad tanto para médicos como para pacientes. “Tenemos que conocer cuáles son las ventajas que ofrece y qué estrategias hay para fomentarlo en la sociedad. Nosotros, los dermatólogos, podemos presumir de incluir esta temática, tan crucial para la salud y para la piel, que además puede retrasar su envejecimiento mediante el ejercicio físico, en nuestras reuniones y dentro de las campañas de la Fundación de la AEDV”, apunta. No solo las cremas y los tratamientos dermatológicos actúan beneficiosamente sobre el envejecimiento de la piel, sino que también lo hacen incluir cambios en los estilos de vida, como la dieta o el ejercicio físico. Es necesario prescribir estilos de vida, además de tratamientos.
La Dra. en Ciencias del Deporte y Educación Física, Nuria Garatachea, explica cómo utilizar esta herramienta para retrasar la decadencia física y mental. “El envejecimiento es inevitable, pero es multifactorial. En él influyen factores internos, como la genética o procesos biológicos, y externos, como el ambiente, la nutrición y el estilo de vida. Sabemos, porque los estudios científicos así lo muestran, que el ejercicio es una excelente herramienta de prevención y que disminuye el riesgo de aparición de enfermedades como el cáncer, la diabetes, etc. Además, en cuanto a la aparición de arrugas o deterioro de la piel, se sabe que la actividad física protege a las células del daño oxidativo que es precisamente lo que interviene en el envejecimiento”, explica esta experta.