Los tratamientos no invasivos están teniendo una gran aceptación por su gran demanda entre los pacientes, tal como comenta el Dr. Juan Muñoz, especialista en medicina estética de Clínica Planas: “Poder optar por un tratamiento ambulatorio, mínimamente invasivo, posibilita saltar la gran barrera de la cirugía para muchas personas y podemos decir que actualmente ya el 25% de las intervenciones para reducir el exceso de grasa bajo la barbilla se realizan con este procedimiento”.
La no hospitalización, post-tratamientos con incorporación inmediata a la vida cotidiana y resultados duraderos son algunas de las ventajas de los tratamientos no invasivos.
Dice el experto que, “muchas personas se sienten incómodas por el aspecto desaliñado o envejecido que representa una doble o tripe barbilla, fruto de la acumulación de grasa en esa zona, lo que comúnmente se conoce como papada. Este tratamiento elimina esta grasa gracias a este líquido inyectable, que actúa sobre la membrana celular del adipocito disolviendo la grasa con eficacia. Hay que apuntar que esta sustancia química (desoxicolato químico), es totalmente segura para el organismo y la grasa se metaboliza para su eliminación a nivel hepático y renal.
El procedimiento se basa en la infiltración de la sustancia y, por lo general, serán necesarias de 1 a 3 sesiones (con un mes de diferencia entre ellas), para conseguir erradicar totalmente la grasa bajo la barbilla”, apunta el doctor.