“Los trastornos del suelo pélvico aumentan su frecuencia con la edad y abarcan todas las etapas en la vida de las mujeres”, indica la fisioterapeuta Elena Valiente.
Una musculatura débil provoca una pérdida de elasticidad del conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior, y estos problemas se deben a diferentes factores como el embarazo, el parto o cuando se alcanza la menopausia. Y también, continúa explicando la especialista, “durante la vida diaria, ya que algo tan normal como hacer deporte de alto impacto (zumba, correr, crossfit, etc.) puede afectar. Además hay más factores de riesgo como la obesidad, la tos crónica y hereditarios entre otros, por lo que es fundamental prevenir su deterioro y no solo tratarlo cuando ya la solución es más complicada”.
“Cuando esto pasa”, añade Elena Valiente, “las estructuras que sostiene descienden y por lo tanto se altera su función, provocando problemas como la incontinencia urinaria, molestias, prolapsos, dolor lumbar y de espalda, disfunciones sexuales (sequedad vaginal y dificultad a la hora de mantener relaciones sexuales)”.
Tras una revisión ginecológica, se podrá iniciar un periodo de mejora del tono muscular del suelo pélvico mediante la rehabilitación fisioterapéutica y “además de los famosos ejercicios de Kegel (contracciones perineales que se realizan de manera voluntaria para trabajar las fibras tipo II, como si quisiéramos retener los gases y la orina), podemos disponer de complementos como la esfera pélvica Enna Pelvic Ball, que mejora el tono de las fibras musculares tipo I”, explica.
La esfera tiene forma ovalada, lo que facilita su colocación, y provoca vibraciones al chocar contra las paredes interiores de la vagina, aumentando la circulación sanguínea, el tono muscular y la lubricación.