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Ácido hialurónico sin reticulación para revitalizar la piel

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La Dra. Carmen Martín, médico estético, explica como el ácido hialurónico sin reticulación produce una bioestimulación, retrasa el envejecimiento y revitaliza la piel.  Es decir, presenta una función dual: por un lado, hidrata y reestructura el tejido; y, por otro, ejerce un efecto stretcht en las arrugas más superficiales, de un manera precisa y natural. Destaca por su idoneidad para utilizarlo en pequeñas arrugas superficiales y en las zonas dinámicas de la cara, tales como frente, patas de gallo y zona peri-oral.

¿Qué es ácido el hialurónico sin reticulación?

Se trata de ácido hialurónico de última generación, inyectable, no reticulado y biodegradable de reabsorción cutánea progresiva. Su principal innovación radica en que se ha diseñado específicamente para corregir las pequeñas arrugas de expresión superficiales, sin que sea necesario acudir a otras sustancias como la toxina botulínica para su abordaje.

Su objetivo es hidratar la piel y rellenar pequeñas arrugas de expresión, mediante una acción mecánica de estiramiento que se llama hydrostretching.

Actuación

Su actuación y sus efectos no son iguales a los de la toxina botulínica, ya que este último relaja el músculo, mientras que este ácido hialurónico suaviza la arruga. Supone, por tanto, una buena alternativa para las personas que no quieren ponerse toxina o tienen miedo a alguna posible asimetría, a la inexpresividad, ya que no modifica la cara ni los gestos.

Suaviza las arrugas y alisa la piel sin relajar el músculo de la zona. Pero también está indicado para suavizar aquellas arruguitas más marcadas que la toxina botulínica no puede eliminar.

También difiere en su aplicación, ya que mientras la toxina botulínica se inyecta en zonas localizadas a nivel muscular, se infiltra a nivel superficial en el pliegue que forma la arruga, en multipución, es decir, con diversos pinchazos localizados.

Aunque los resultados dependerán de la edad, tipo de piel y metabolismo del paciente, suelen durar alrededor de seis meses. Se aconsejan dos sesiones al año para un buen mantenimiento.

Protocolo

En primer lugar, se realiza un estudio del paciente.
Se procede a canalizar arruga por arruga de manera muy superficial, especialmente en las patas de gallo, el código de barras, las arrugas de expresión de la frente y de las mejillas, tan difíciles de tratar.
En un segundo paso, cuando ya se han tratado todas las arrugas, se realiza una hidratación profunda con una aguja especial que llega directamente a dermis profunda.