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Importancia de las dietas flexibles en la obesidad

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“Las dietas, ya sean para lograr adelgazar o para otros fines, deben formar parte de un conjunto de estrategias para una vida más saludable y no deben entenderse como algo restrictivo” según considera el Dr. Rafael Gómez y Blasco, experto en Endocrinología, Metabolismo y Nutrición.

Las dietas

Para el Dr. Gómez y Blasco, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), “la obesidad, y otras muchas enfermedades no transmisibles, pueden beneficiar de una dieta flexible y accesible, que se acomode al estilo de vida, a los recursos y a los horarios de cada persona”. Según aclara, “este tipo de patrones alimenticios flexibles y equilibrados, como la dieta FAFO -Flexible and Friendly For Overweightness-, están avalados por las sociedades científicas y facilitan en gran medida la adhesión del paciente, algo que siempre es muy complicado de conseguir”.

En concreto, la dieta flexible se fundamenta en una estrategia de modificación y/o actualización de los hábitos alimentarios que, lejos de esquemas rigurosos y parciales, apuesta por un patrón amplio, diverso, balanceado y contextualizado de alimentación, capaz de adaptase a los marcos y posibilidades particulares de cada persona. “Supone una adaptación y ajuste a cada caso y, con ello, una mayor garantía de adhesión y mayores opciones de alcanzar los objetivos planteados a medio y largo plazo”, recalca este experto, quien apunta la importancia de “tener en cuenta estas consideraciones también a la hora de comprar, preparar, cocinar y comer”.

En este contexto, los profesionales de la salud juegan un papel clave, pues deben ser capaces “de incorporar en su práctica clínica diaria la consideración de todos estos aspectos, dentro de una estrategia personalizada y contextualizada de mejora de la salud de los pacientes con obesidad”, aconseja el representante de la SEEDO.

Además, explica el experto que, “la obesidad se ha situado como un problema gravísimo en España, donde nos encontramos con unas cifras de preobesidad y obesidad que suman un 54%”. En todas las circunstancias “la solución pasa tanto por un aumento en la educación de la población como por que los gobiernos reconozcan definitivamente a la obesidad como una enfermedad por sí misma, y no solo como un factor de riesgo para la salud”.