En el Día Mundial de la Salud Digestiva, que se celebra cada 29 de mayo, los expertos advierten que aproximadamente la mitad de la población española sufre algún tipo de problema en la función gastrointestinal.
El prof. Humberto Martin Brieva, del departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explica, en este sentido, el papel que juegan los alimentos y bebidas fermentadas en nuestra salud gastrointestinal y, en particular, en nuestra microbiota, fundamental para un correcto bienestar.
“La ingesta de alimentos fermentados se ha relacionado con la prevención de enfermedades cardiovasculares o metabólicas, como la diabetes, así como con la mejora del estado inmunitario o cognitivo y, por supuesto, nuestro proceso de digestión. Los estudios científicos van aportando un mayor conocimiento a los mecanismos fisiológicos que subyacen a estos beneficios. Algunas revisiones de la literatura científica ya recogen numerosas evidencias en este sentido. Un ejemplo de ello es la publicación titulada “Health benefits of fermented foods: microbiota and beyond”, destaca el experto.
Los alimentos fermentados forman parte de nuestra cocina tradicional y su consumo está claramente en auge en nuestros días, ejemplo de ello es que conforman aproximadamente un tercio de nuestra dieta habitual, siendo los más habituales los encurtidos, quesos, yogures, embutidos o panes de masa madre; así como las bebidas fermentadas, como la cerveza, el vino o la sidra.
“Esta realidad está lejos de ser una moda pasajera, de hecho, los procesos de fermentación cuentan con una tradición milenaria que proporciona a los alimentos una mayor seguridad y calidad, así como beneficios para la salud de quienes los consumen. Con el aumento de la conciencia sobre los beneficios para la salud de los alimentos fermentados, su preferencia se ha visto incrementada significativamente en décadas recientes”, puntualiza el espeto.