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La ginecóloga Dolors Aleu, primera mujer que ejerció la medicina en España

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La Dra. Dolors Aleu (Barcelona, 1857–1913), fue la primera mujer en ejercer la medicina en España durante la segunda mitad del siglo XIX, tal y como recoge la agencia de información científica SINC.

Su cartera de pacientes iba desde las señoras burguesas de la parte alta de Barcelona, con quien compartía clase social, hasta las prostitutas del barrio del Raval. Especializada en ginecología y pediatría, pasó consulta en la Rambla de Cataluña durante más de 25 años, pero también practicó la beneficencia en la Casa de la Caridad.

Además, la Dra. Aleu fue la primera mujer en doctorarse, con un trabajo sobre los perjuicios del corsé, en el que cita otros referentes femeninos como Concepción Arenal. “La vida de la mujer, desde los tiempos más remotos, viene siendo un continuo martirio”, dejó escrito en 1883 al inicio de su tesis doctoral: “De la necesidad de encaminar por nueva senda la educación higiénico-moral de la mujer”.

Las tres primeras universitarias

Las primeras universitarias de finales del siglo XIX aprovecharon un vacío legal para estudiar en una época en la que las mujeres no podían ni votar. Fue así como la Dra. Aleu pudo asistir a clase en la calle del Carme, hoy sede de la Real Academia de Medicina de Cataluña. Lo hizo acompañada de dos escoltas por exigencia de su padre, que fue teniente de alcalde de Barcelona y gobernador general de Cataluña, jefe de la policía municipal.

Sin embargo, ella no fue la única mujer de la época que quiso estudiar medicina. En los pasillos de la facultad coincidió con otras dos mujeres, Martina Castells y Elena Maseras, que en realidad fue –con tan solo un año de diferencia– la primera universitaria de España, tal y como recoge Consuelo Flecha, catedrática de la Universidad de Sevilla, en Las primeras mujeres universitarias de España.

Al terminar sus estudios en 1879, con un expediente brillante, la Dra. Aleu tuvo que esperar tres años para examinarse de la licenciatura en Madrid, que dependía de un permiso del Ministerio de Instrucción Pública. Aquellas trabas burocráticas llevaron a Maseras a estudiar Magisterio y acabó dedicándose a la enseñanza sin ejercer nunca la medicina. Tampoco lo hizo Castells, que se doctoró tres días más tarde que Aleu, y que murió muy joven por una complicación durante su primer embarazo.