Inicio Noticias Medicina estética ¿Se puede con...

¿Se puede controlar la rosácea?

Compartir

La Dra. Gema Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y médico estético, explica que: la rosácea es una afección inflamatoria crónica de la piel que ocasiona enrojecimiento, vasos sanguíneos visibles, sensación de quemazón y en ocasiones granitos o pústulas. Es bastante común en pieles más claras, finas y sensibles, y también en mujeres (aunque los hombres también pueden padecerla), especialmente a partir de la madurez. Afecta al rostro, principalmente mejillas, nariz y frente, provocando un efecto antiestético, además de molestias.

Causas

Se desconocen las causas de la rosácea, pero hay factores que propician su aparición, como hereditarios o el tipo de piel. También hay otros ambientales como los cambios repentinos de temperatura, climáticos (frío o calor), estrés, algunos cosméticos, bebidas o cambios hormonales. En invierno, la rosácea puede empeorar por la bajada de temperaturas.

Tipos de rosácea

Eritematosa-telangiectásica (cuperosis). Enrojecimiento del centro de la cara que puede aparecer de forma brusca, con inflamación de la piel que tiene gran sensibilidad al tacto y presentar sequedad.

Pápulo-pustulosa. Con pequeñas pústulas o granos que recuerdan al acné, aunque sin inflamación ni pus. La piel tiene aspecto graso y es muy sensible.

Rosácea fimatosa. Engrosamiento de la piel al soportar una inflamación durante un tiempo prolongado. La piel se ve rugosa, con el poro muy dilatado, se ven arañas vasculares rotas y bultos internos. Suele darse en varones y especialmente en la nariz (rinofima), pero también puede aparecer en orejas, frente, barbilla o párpados.

Tratamientos

Para lograr el éxito hay que combinar diversos tratamientos, además de que el paciente debe adoptar unos hábitos de alimentación, higiene y estilo de vida que ayuden a mejorar el aspecto de la piel y la experta aconseja combinar:

Tratamientos tópicos. Cremas con fármacos, que nos ayuden a disminuir la cantidad de demodex, ectoparásito relacionado con la rosácea, combinadas con una correcta selección de cosméticos y productos de higiene que nos ayuden a reforzar la función barrera de la piel, así como a calmar su irritación. Podemos introducir también dosis bajas de retinol para mejorar los resultados.

Antibióticos orales. Específicos para la piel, como azitromicina o tetraciclinas, que ayudan a controlar los brotes más graves bajando la inflamación.

Tratamientos con luz intensa pulsada (IPL) y láser vascular. Podemos utilizar estos tratamientos por separado o combinados para mejorar la salud de la piel, cerrando los vasos dilatados, mejorando manchas rojas y marrones, e incluso flacidez y deshidratación. Conseguiremos unificar el tono de la piel y darle luminosidad.

Isotretinoína. Se trata de un derivado sintético de la vitamina A que ha demostrado tener una gran eficacia en el control de esta patología. Se administra por vía oral y en dosis muy bajas para minimizar sus efectos secundarios. Durante el tratamiento es imprescindible evitar el consumo de alcohol, así como hacer un seguimiento médico de hígado y colesterol a través de analíticas de sangre. Este tratamiento es eficaz para casos moderados o severos si está en combinación con otros, orales o tópicos, para poder atacar todas las causas. Durante el tratamiento con isotretinoína es fundamental evitar quedarse embarazada puesto que uno de sus principales efectos secundarios es la malformación fetal.